Mi madre me llevó a comprar mi regalo de cumpleaños hace varios días y en el centro comercial nos topamos con una agradable señora a la que saludamos. Yo no la conocía pero más tarde supe su historia. Ella estaba divorciada por una infidelidad de su ex esposo y se había quedado con sus hijos adolescentes; no había pasado mucho tiempo en la conversación con ella cuando por la manera de expresarse, era perceptible su enojo con la vida y lo muy lastimada que aun estaba. No podría jamás juzgarla, la entiendo, pero luego de despedirnos no pude evitar preguntarme si yo también me veía así de manera inconsciente.
Y es que en este tipo de situaciones tan dolorosas es bastante común el rezago que queda en las personas al grado de molestarse por tiempo indefinido con la vida. Muchas mujeres y hombres renuncian al amor casi por completo, y ni se diga al matrimonio. El haber "fracasado" de una forma tan abrupta en un sueño tan bonito como es casarse y hacer vida con alguien, definitivamente te marca, pero creo que debemos elegir de qué manera queremos que nos marque.
En mi caso y al menos con el repertorio de habilidades y conocimientos con los que contaba en su momento, he hecho lo que he creído mas conveniente, coherente y lógico cuando he podido, y creo en la mayoría de los casos me ha dado buenos resultados... y aunque mi anterior relación no funcionó como pensé que lo haría mientras bailaba mi vals y salían fuegos artificiales, lo mas enriquecedor que tengo es todo lo que aprendí en ese camino (incluyendo algunos errores que sí cometí), lo cual me encantaría compartir a todas esas mujeres que están próximas a casarse, en especial a las más jóvenes:
1. Elige muy bien tus batallas. Ese dicho de "nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde" va a aplicar en toda nuestra vida, y más cuando por alguna razón te pones a recordar todas esas veces que por necedad arruinaste algún buen momento simplemente por hacer problema donde no había o no era necesario magnificarlo. Al final, ese berrinche de adolescente no va a hacer mas que hacerles pasar a ti y a tu pareja muy malos ratos y de forma innecesaria. Existen problemas que deben ser sin duda tratados e incluso discutidos, pero hay que ser más conscientes en cómo inviertes tu tiempo con tu pareja y créeme, lo mucho que pesa haberlo desperdiciado en peleas cuando ya no está. Elige tus batallas, no desgastes tu relación por temas que no tienen caso darles tantas vueltas.
2. No eres su madre. Salvo lo que Freud opine al respecto, a ningún hombre le gustaría acostarse con su madre. Si constantemente nos comportamos como si ellos fueran unos niños y estamos detrás de ellos de una forma enfermiza, no lograremos otra cosa mas que hacerlos sentir aprisionados, inferiores y de paso, no muy interesados en nosotras como mujeres. Es correcto el estar al pendiente, pero cuidado con no pasarnos de la raya.
3. Jamas dejes de ser tú. Estar enamorada al grado tan profundo y fantástico cuando la vida aun no nos "enmaña" y contraemos nupcias, nada nos emociona más que convertirnos en "la señora de:", inmediatamente somos nosotras las que cambiamos nuestro nombre en Facebook, lo cual no tiene nada de malo, pero en ése camino a unir vidas es muy importante que no olvidemos que antes y sobre todo, nosotras ya existíamos, vivíamos, comíamos y andábamos por la vida sin él o ella, y que el unirnos en matrimonio con alguien no significa que ahora somos parte de su cuerpo... ¿Porque? porque cuando una pierde su identidad por convertirse en un "nosotros" al 100%, podemos caer en el error de sacrificar nuestros propios planes, hobbies, deseos, ambiciones, gustos, etc. y éste sacrificio conlleva a que en algún momento de nuestra vida nos sintamos frustrados. Que cada uno de los miembros de la pareja tenga sus propias vías de escape favorece la relación.
4. No hay garantías, disfruta. Este va para todos los que tenemos excesos de futuro y nos la vivimos estresados y preocupados con cosas de nuestro matrimonio/relación que aun ni pasan. Todo, absolutamente todo lo que estas viviendo hoy, SOLO LO VAS A VIVIR HOY, es temporal y es tan frágil como todos los vasos que se te han roto cuando lavas los trastos sucios, tenemos una durísima tendencia a no valorar el presente porque nos la vivimos planeando el futuro brillante para el cual estamos día a día preparándonos, y en muchas ocasiones la vida nos da reveses que le dan a tu preocupación un terrible sin sentido, es decir que lo que ayer te preocupaba, hoy ni siquiera figura en tu vida (yo me estresaba pensando en quien iba a cuidar de mis ex suegros cuando fueran ancianos y hoy no tengo la mas mínima idea qué fue de ellos), así de cambiante es todo. No te preocupes por lo que aun no llega, la mayoría de las cosas ni suceden como pensaste. Disfruta que HOY lo tienes, porque nos guste o no, algún día lo vas a perder, en un mes o en 70 años.
5. Lucha hasta el final. Antes de casarme leía muchísimas revistas de novia, pero hubo una historia que sigo recordando con mucho respeto y admiración. Una persona preguntaba el secreto de un matrimonio exitoso, y la respuesta era "no lleves bote salvavidas". Casarse es como ir en un barco, y si uno sabe que cuenta con ese "bote salvavidas" al cual recurrir en caso de emergencia, pues es muy probable que se sienta que debe hacer uso de él. No soy de la idea de que una debe desgarrarse la existencia en pro de su matrimonio, pero sí considero necesario que te olvides que tienes ese "bote" para escapar, que en realidad se llama "divorcio", y quienes lo hemos vivido, pues no conozco a alguien que lo recomiende. No podemos sostener una relación a pesar de todo, pero tampoco debemos terminarla por cualquier cosa. No es fácil, todos los casados lo van a decir, pero todo lo que de verdad vale la pena nos va a costar y mucho, y mas allá de eso, a nivel personal yo recomiendo que ante una crisis, lucha, lucha hasta que tu sientas que has luchado lo que debías, y que el uso de ese "bote" es realmente LA UNICA opción que te queda, si usas el bote antes de que sea la última alternativa, mas adelante podrás arrepentirte diciendo "quizás pude haber hecho mas".
6. Admira, valora y se fiel. Hombres y mujeres, la convivencia matrimonial a todos nos pesa después de la luna de miel cuando ya esa persona esta todos los días en casa y ya le conocemos prácticamente casi todos sus secretos; y de pronto esas magnificidades que tenía ya no son tan magnificas, ya es "normal" y, otra vez, no la apreciamos. Si no ponemos atención en esto, nunca va a faltar el compañero o compañera de trabajo o escuela que buscará sacar provecho de tu "rutina" y si no eres lo suficientemente consciente y maduro, te va a vislumbrar por cualquier cosa, y esto, es el primer paso a la infidelidad. "Es que el es bien bueno" "Es que ella es bien linda" y tontamente pensamos que nuestra pareja no es tan perfecta como el nuevo prospecto, ¡Error!... Tu pareja tiene muchísimas cualidades, pero podríamos tender a desvalorizarlas, no olvides que tu elegiste a esa persona por una razón muy importante, y que esa razón sigue ahí, aunque ya no la aprecies tanto. Admira a tu pareja, valorala, si te focalizas en sus defectos, la otra o el otro siempre van a ganar. Cuando te sientas que pierdes el piso, recuerda por qué empezaste esto.
Recibir una serie de consejos de matrimonio de una mujer divorciada tal vez se sienta algo "inservible" tomando en cuenta que el estereotipo nos marca como señoritas amargadas con el amor y que lo único que haremos será buscar mas miembros del club, pero no es así, el matrimonio y las relaciones estables valen la pena, y lejos de alegrarme si a otra persona le va mal en su matrimonio, me entristece, porque conozco esa sensación de ese tipo de dolor y si eres suficientemente empático, no deseas que le pase a nadie más, aunque claro, no siempre lo podremos evitar.
En muchas ocasiones en nuestra vida nos va a convenir escuchar diferentes puntos de vista, y procurar incluir a quienes fallaron en esa área que hoy planeamos emprender, al menos nos da otra visión. Y mi mejor consejo (también para mi misma) va a ser siempre "¡disfruta al máximo!, nadie sabemos cuánto tiempo nos queda de relación,... o incluso de vida... No te esperes a perderla para valorarla".
Laura Franco