La semana pasada, al hablar de 'fracasos' matrimoniales, una parte de la población lectora se quedó en el inicio del título del tema porque simple y sencillamente la palabra 'fracaso' los detuvo y complicó la atención del resto del texto. Es bastante natural que nos hayan enseñado a temerle al 'fracaso' o a incluso a negar de su existencia bajo las frases (bastante aceptables para cada quien) de que, por ejemplo, volviendo a los matrimonios "un divorcio no es un fracaso, simplemente no funcionó"... pero si definimos el concepto tal cual, nos topamos con que un FRACASO, es en efecto un resultado adverso en una cosa que se esperaba (o se planeaba) sucediera bien. Dado esto, un divorcio SI es un resultado adverso en una cosa que se esperaba sucediera bien... es decir, conceptualmente SI es un fracaso... ¿pero nos asusta llamarle así a las cosas cuando salen mal? ¿por qué? ¿llamarle fracaso a algo nos hace sentir que somos perdedores?
En mi vida he tenido 2 decepciones amorosas, las dos muy dolorosas al nivel de madurez que tuve en cada una de ellas y las dos me hicieron perder en conjunto 20 kilos (12 la primera vez y 8 la segunda). En ambos casos sentí que el mundo se me caía a pedazos y el cielo se desmoronaba en mi cabeza nube por nube, y la idea de que conocería a alguien y me enamoraría de nuevo, era prácticamente imposible. Sin embargo, hoy que ambas situaciones han pasado a la historia, puedo decir con certeza que fue en esos dos descalabros, las veces que más he aprendido a madurar en toda mi vida. Cuando yo era novia de Gabriel, mi primer novio, era inmadura, celosa, posesiva, agresiva, descuidada en mi aspecto y bastante chantajista (odiaba que Gabriel cumpliera años porque la gente ¡lo iba a abrazar!)... una vez que Gabriel se fue por obvias razones y luego de haber perdido los primeros 12 kilos, al estar sentada sola en el parque, con nada más en mis manos que mi diario, me percaté de que yo había cometido la mayoría de los errores que habían ayudado a terminar mi relación. Más tarde que tuve un nuevo amor, yo ya conocía el efecto de los errores que me habían llevado al FRACASO de mi primera relación (porque tuve un resultado que no deseaba, que en aquel entonces era caerme con Gabriel), por lo cual tuve mucho cuidado de no cometerlos de nuevo. Me casé con Alan y bueno, aunque ya no cometía los mismos errores que con Gabriel, la vida es maravillosamente variable y tenemos muchos errores más por cometer, y así fue. La cosa terminó y ahora no solo tenía el aprendizaje del FRACASO de Gabriel, ¡ahora tenía también el de Alan!
Si tuviera el poder de regresar el tiempo y cambiar la historia, a veces me gusta imaginar qué hubiera pasado si, por así decirlo, Gabriel no me hubiera dejado... ¡cuántas cosas no habría aprendido!... o ¿hasta cuándo las hubiera aprendido? ¿de qué manera? ¿quién sería yo ahora?
En mi vida muy particular, mis FRACASOS mas significativos se han enfocado en las relaciones, pero en cada historia son distintos, ya que hay quienes los han tenido terriblemente pronunciados en el campo de la salud y el desarrollo profesional... y si yo les preguntara, cuál fue la etapa/suceso/razón que nos ha hecho crecer más a cada uno de nosotros, todos, absolutamente TODOS vamos a decir que fue cuando FRACASAMOS en algo y lo superamos... cuando algo NO salió como esperábamos, cuando las cosas se tornaron en nuestra contra y tuvimos que sacar fuerzas de lo mas profundo de nuestro ser para salir adelante.
Dijo Kim Kiyosaki una vez: "Cuando llegas al punto donde tienes que cruzar una línea, llegas a un reto donde cruzas o retrocedes, cuando la cruzas, creces y aprendes. Eso es una crisis". E incluso ella ha hecho mención de que lo mejor que le ha pasado en la vida fue precisamente cuando se quedó sin dinero, sin trabajo y dormía en su auto junto con su esposo (Robert Kiyosaki) mientras intentaban echar a andar un negocio y sus ahorros se habían perdido. La mayoría conocemos su historia, ahora son personas millonarias.
Eric Thomas es otro de ellos, quien en uno de sus seminarios puntualizó que el haber atravesado una crisis económica, de espíritu y visión, lo hizo sentir un gran dolor que ahora difícilmente algo lo hace 'caer': "Mi más grande logro es que cuando fui una persona sin hogar. Puedo sentir mucho dolor ahora, ya he estado solo".
Esa es la otra cara de las crisis y el temido FRACASO, nos empuja a sacar lo mejor de cada uno de nosotros, a encontrar la fuerza que no creíamos tener y a convertirnos en esa persona que jamas creímos ser. Una vez que cruzamos esa línea, como dice Kim, aprendes, y te conviertes en alguien mucho más fuerte e incluso te consideras indestructible. Ya sabes lo que se siente el dolor, hasta la última fibra de tu cabello sabe lo que se siente perderlo todo, pero ¿qué sucede? ¡SALES ADELANTE!... Mejor que antes, mejor que nunca. Más sabio, más maduro.
Dejemos de tenerle miedo al FRACASO, a las CRISIS, que hasta con la simple palabra nos asustamos... ¡Nada nos prepara tanto para un crecimiento que enfrentarse a situaciones terriblemente adversas!... "Sí, fracasé en mi negocio, en mi trabajo, en mi relación, pero ¿sabes que?... Voy a volver por más... Que se preparen en ese trabajo del que me despidieron, en ese negocio que no prosperó, en esa relación que terminó muy mal, porque aunque tal vez ahorita no tenga las fuerzas necesarias, voy a ir a prepararme, a estar listo, para cuando sea hora de volver a la batalla, regresar más fuerte y más preparado que nunca".
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