Los vuelos a Guadalajara para ver a David, aunque son bastante cortos, me parecen tremendamente eternos por el tiempo que he esperado para verlo, así que como suele ser mi costumbre, hago plática con mis compañeros de asiento. Esta vez conocí a Luis, un tapatío que visitaba Monterrey por una interesante propuesta de llevar la carne regia, a su tierra, en donde, a palabras de David, allá hay puros "pellejos". Al tocar el famoso tema de las relaciones, Luis me mencionó que era 'felizmente' soltero luego del desastroso final de la relación de toda su vida con una bella mujer que se encargó de romperle el corazón terminando con él de una manera que simplemente no vio venir. "¡Me canceló la boda! Ya teníamos avanzados los preparativos, y luego de 5 años de relación, simplemente dijo que no estaba segura ¿cómo podía no estarlo luego de 5 años?". Por mas difícil que parezca la situación, el caso no era ajeno a mis oídos ya que no era para nada la primera persona que me lo decía, siendo los hombres la gran mayoría y las mujeres predominan en ser quienes toman la decisión de regresar el anillo antes de dar el "acepto" frente a una gran congregación de ansiosos invitados que esperan ver cómo el amor sigue triunfante a pesar de nuestra egoísta actualidad.
Mientras Luis me contaba cómo era que esa mujer le había roto el corazón, no pude evitar acordarme de Leonardo, un gran amigo mío desde hace mas de 10 años el cual hace un año retomamos amistad dadas nuestras tragedias de aquellos meses. A Leo también le regresaron el proyecto de boda, solo que con menos anticipación ya que la mayoría de los preparativos no pudieron ser cancelados, y se perdió una importante cantidad de dinero. "7 años de relación Laura, ¡7 años!... y ella solo dijo -no estoy segura de que esto es lo que quiero-"... "¿Te dio una razón en específico?"... "Solo eso, que el amor se había acabado". Esa y otras historias más que he escuchado en el tema me hicieron preguntarme: En una relación relativamente larga y viendo en puerta los preparativos de la boda, ¿Es posible cambiar de opinión? ¿Porqué echarse para atrás hasta entonces?... y aunque duela ¿Nos están haciendo un favor?
Bien dicen que en todas las historias existen 3 versiones: La de él, la tuya, y la verdadera, así que en miras de ser justa con cualquier acusación, busqué a Diego, un amigo que fue él quien canceló la boda que tenía en puerta con su novia de un año y medio. Ella estaba sumamente feliz de contraer nupcias, ¡era el sueño de su vida!... "Pero de pronto yo no estaba seguro, simplemente no era lo que quería, o no en ese momento, no estaba listo, pero conforme pasaban los preparativos era mas difícil cancelar, así que solo un día me agarré de valor y lo dije... No fue nada fácil, sabía que muchos me odiarían, pero lo hice también por ella" me confesó Diego esa tarde por correo.
Entonces, ¿porqué cancelar una boda luego de años de noviazgo? Según lo que pude recabar y analizar, llegué a estas 3 causas (que claro pueden ser más):
-Ya no era amor: Probablemente el mas común cuando duras mucho tiempo y luego terminas. Hubo enamoramiento, hubo compañerismo, hubo todo,... por un tiempo... luego un día solo se convirtió en costumbre y otros años más pasaron estancados ahí.
-Miedo al compromiso: El noviazgo es tremendamente cómodo comparado con las responsabilidades que lleva un matrimonio, y el egoísmo imperante en nuestra actualidad no ayuda para nada en esta parte... ¿Para qué casarse si así estamos bien cada quien en su casa?. Cuando la relación se forza a pasar al matrimonio y uno de los dos tiene este sentir, es una razón para 'echarse para atrás'.
-Deshonestidad desde el inicio: No precisamente con la otra persona sino consigo mismo, no se fue sincero con los propios sentimientos y quizás pensamos que el amor un día llegaría, solo para darnos cuenta que desde el principio no era lo que queríamos y ya no podemos fingirnos más.
Cualquiera que sea la razón y si es tu caso o el de un amigo cercano hoy en día, te platico que yo en su momento, siendo una mujer casada a la que le dijeron un día "Es que creo que yo no estaba listo para casarme cuando lo hicimos", y que mientras escuchaba semejante confesión me tocó tragar saliva que me supo a arena de mar... y luego de escuchar las historias de Luis y Leo, por alguna razón me hace no tenerle ningún rencor a alguien como Diego que aun luego de haber dejado avanzar los preparativos y tal vez quererlo ahorcar por la enorme decepción que muy seguramente sintió su entonces novia, podemos decir que al menos brincó antes de que fuera más tarde, porque no imagino la cantidad de valor que se requiere para decir la verdad ante tanta presión social, y si, es verdad, pudieron haberlo hecho antes de dejar que la ilusión creciera, pero no sabemos lo que cada quien carga como para juzgar los momentos de sus decisiones.
No digo que no duela, ¡claro que duele!... y es perfectamente normal que lleguemos a odiar y maldecir a esas personas que nos rompen nuestros sueños blancos, pero siempre pudo haber sido peor ¿no?... Como le dije a Leo en su momento: "Pudo haber sido peor, pudiste haberte casado y luego tener que pasar un divorcio porque ella no te amaba, y yo pude haber tenido hijos... y ¡al menos aun somos jóvenes!... vamos a volver a ilusionarnos, vamos estar bien"... y no me equivoqué.