martes, 27 de octubre de 2015

La Batalla con los EX's: "¿Quién Morirá Miserable?"

Samantha Jones, emblemático personaje de la serie "Sex & The City" menciona en uno de sus capítulos de las primeras temporadas: "Siempre hay una batalla con un Ex llamada '¿quién morirá miserable?'". Hoy, por cosas del destino (y de Facebook), nos enteramos de que el ex novio infiel de una amiga de nuestro trascendental y siempre constructivo grupo social, se había comprometido con la mujer con la que cometió fechorías a espaldas de ella. Esto ya tiene unos pocos años, pero sin duda la noticia me hizo pensar mientras paseaba a mi perra Katy hoy por la mañana. Intentamos ser justas y maduras al decirle a Lety: "Pues que le vaya bien", pero, ¿En verdad le deseamos bien a los Ex?... ¿Esa persona que algún día nos lastimó esperamos verlo regocijarse en júbilo lleno de autos del año, casas con jardines gigantes y vacaciones en el extranjero?... ¿Es cuestión de madurez o es solo una máscara de los que dicen sentir alegría de ver a quien un día los dejó llorando, ahora ser feliz?

Puedo recordar hoy a mi primer novio y con toda seguridad aseveraré que es posible desearle la felicidad a alguien que un día nos hizo sentir precisamente todo lo contrario al dejarnos, pero reconozco que tuvieron que pasar suficientes años, y el que él no me haya hecho prácticamente nada malo, ayuda. Al final, Gabriel no me hizo nada, solo decidió que lo nuestro debía acabar. Los primeros (muchos) meses fue difícil, supe cuando tuvo una nueva novia y por su puesto que no me alegré y le mandé un beso al cielo para que fuera feliz para siempre, ¡yo deseaba ser ella!, pero el tiempo lo cura casi todo y hoy puedo decir tranquilamente que su felicidad, aunque no me hace brincar de alegría, me permite liberar de mi boca un: "Que bueno, me da gusto"... Pero, ¿qué pasa cuando una relación acaba mal?... ¿le desearemos toda la vida dolor y sufrimiento?... ¿jamás podremos ser felices por el o ella?.

He hablado del perdón antes, del proceso que conlleva y lo liberador que es por fin soltar esa prisión que sentimos al guardarle un tipo de rencor a esa persona, pero ¿hay faltas que no se pueden personar?... Si así fuera, entonces me suena lógico que haya situaciones en las que nos resulte prácticamente imposible desearle la felicidad eterna a alguien. 

En mi pubertad mi hermana tuvo un novio posesivo y algo psicótico que le trajo muchos problemas a mi familia. Nosotras éramos muy jóvenes, y nos costaba mucho discernir de una buena o una mala compañía masculina a ese grado, y más aun si, en este caso mi hermana, estaba perdidamente enamorada de él. El sujeto, a grandes rasgos, hizo pasar muy malos ratos a mis padres. Nos robaba pertenencias de la casa, incluso dinero en efectivo. A mi hermana la manipulaba y maltrataba, a todos nos mentía, y para agregarle sabor, a mi alguna vez llegó a amenazarme de muerte. Recuerdo a mi padre en la obscuridad de la sala pensativo y preocupado, mi hermana no quería dejarlo y ése sujeto estaba haciendo pedazos a la familia. Para nuestra fortuna mi hermana creció, conoció el mundo y dejó esa relación. Salimos adelante. Sin embargo hoy, más de 10 años después, este tema sigue siendo un tabú entre nosotros. De alguna forma ninguno pudo perdonarle que casi destrozara a la familia. Es fecha que aún lo podemos ver por la calle y, aunque no le deseamos lo atropelle un camión de basura, tampoco decimos inocentemente: "Ojalá haya encontrado el amor y sea feliz con familia e hijos"... Lo único que sabemos es que no lo queremos cerca de nosotros y que cada que alguien nos pronuncie su nombre, será inevitable recordar lo que esa persona significa para la familia... ¿Nosotros entonces, pudimos perdonarlo?... Suena a un NO, y quizás nunca lo hagamos. 

Hay faltas en nuestra vida que simbolizan grandes dolores a nuestra persona, y si éstas se hicieron con alevosía y ventaja, sin duda son difíciles de pasar por alto. Obligarnos a nosotros mismos a perdonar siempre a todos nos presiona a una acción que a nuestros adentros quizás no estamos listos para sentir (y no queremos), lo que desencadenaría en un perdón totalmente FALSO... ¿Podríamos perdonar al conductor ebrio que en un accidente automovilístico hizo que un ser querido perdiera la vida? ¿Seríamos capaces de desearle el bien al hombre que hubiera asesinado en un asalto a un allegado nuestro?... Tal vez hay quienes si pueden, pero el ingrediente del TIEMPO es indispensable, y solo quien viva este tipo de desgracias sabrá cómo manejarlas y será muy respetable si desea o no perdonar al agresor... y en el momento que él decida hacerlo.

En resumen, volviendo a Lety y la noticia de su EX comprometido con la mujer con la que la engañó, en lo personal y a mi experiencia no se trata de que les deseemos mal (aunque aceptémoslo, que ella haya subido de peso luego de que te cortó y que ahora tu te veas increíble porque te apegaste a las rutinas del gimnasio, da una sensación momentánea y natural de triunfo), pero hay faltas que honestamente nos hicieron mucho daño, y seríamos muy hipócritas al decir "le deseo lo mejor" (No es verdad, no le deseas lo mejor, le deseas que le vaya mal). En este tipo de casos me gusta mas la idea de simplemente hacer y actuar con lo que me haga sentir mejor a mí, sin mentirme a mi misma convirtiéndome en la Madre Teresa (con tal de dar una imagen que no soy), pero tampoco atentando contra el bienestar de la otra persona (no vamos a apedrearle su casa tampoco). No me voy a obligar a perdonar a quien quizás no estoy lista para hacerlo, ni mucho menos le voy a desear el bien. Me suena más lógico y honesto pensar que esa persona ya NO figura en mi vida, si le va mal, no me afecta (no creo que me busquen a mí para donarle sangre para una operación), y si le va bien, tampoco (no estaré en la lista de invitados en esa boda ni me invitarán a su casa con alberca). Que se convierta en un extraño más que nos da el mismo gusto si se gana la lotería o no, y por parte nuestra, tampoco nos presionamos a dar un perdón falso (que ése el tiempo lo defina). Enfoquemos nuestra energía y pensamientos en las cosas que SI nos afectan si salen mal o bien, para que cuando nos llegue la noticia de que quienes alguna vez nos hirieron (de la forma que sea), ahora están planeando su boda en la playa nos de hasta flojera pensar en ello y solo respondamos con un "Ah... ok... bueno te decía, ahora estoy en un proyecto de trabajo grandísimo!!.."


martes, 13 de octubre de 2015

El Amor... ¿Nos Elige o Podemos Elegirlo?

Es un buen momento de hacer memoria de todos aquellos amores que pasaron por nuestra vida. El niño malo de la Escuela Secundaria, el chambelán de tus XV, tu primer beso, tu primera vez con el que juraste sería "el amor de tu vida", ese agradable sujeto que conociste y creíste que criarías hijos a su lado, y hasta el apuesto y muy seguro de si mismo hombre con el que bailaste en el antro toda la noche. Todos y cada uno de ellos jugaron un papel importante en tu vida, de una noche o de 10 años, pero al final aportaron importantes párrafos a tu libro personal. Y ahora, al recordarlos a todos ellos,  especialmente por los que desarrollaste un sentimiento más fuerte, alguna vez te has preguntado ¿yo elegí enamorarme de ellos o estábamos 'destinados'?... En cuestiones de amor y muy específicamente a la pareja, ¿nosotros elegimos de quien nos enamoramos o a quien amar? ¿podemos hacer eso?... ¿o se trata de una fuerza de la naturaleza o de un destino que al final él o ella se cruzaran en nuestro camino?

Nos encantan las canciones de amor en donde nos hablan de que el otro es la persona destinada y que desde tiempo atrás estaba prescrito que lo conoceríamos, o más aún, cuando alguien llega a "curar" nuestra soledad, utilizamos a Dios para hablar de algo que ya estaba dicho sucedería, que esa persona ha sido siempre la indicada y que ha llegado ése capitulo de tu vida en donde lo tienes que conocer, te enamoras, se casan y viven felices para siempre... ¿suena lindo no? Todos queremos eso alguna vez, pero en realidad, el amor, el enamoramiento, es mucho mas real y menos ideal que lo que nos dicen las bonitas canciones de amor. 

Para contestar la pregunta de si el amor se elige o nos elige él a nosotros, debemos despejar los conocidos pero aveces confundidos conceptos de ENAMORAMIENTO y AMOR. Muchos ya lo sabemos, pero a la hora de la práctica es el primero el que nos hace confundir al segundo. 

ENAMORAMIENTO
No podría encontrar mejor definición de él que la que le da Gary Chapman en su libro: "Los 5 lenguajes del amor", en donde le dedica un capítulo entero y que sin duda deberíamos leer todos, específicamente la parte donde menciona al Dr. M. Scott Peck: "Enamorarse es un componente instintivo, genéticamente determinado, de acoplamiento de la conducta... la caída temporal de las fronteras del ego, que es lo que constituye enamorarse, es una respuesta estereotipada de los seres humanos a una configuración del impulso sexual interno y el estímulo sexual externo..." Dicho de otro modo, no es más que una respuesta biológica, genética, casi instintiva que no requiere de mayores esfuerzos. Es un estado de plenitud, es verdad, pero en una medida irreal. Si has estado enamorado lo sabes: eres invencible, tu pareja lo tiene todo, es casi perfecto, cada segundo a su lado es mágico, ¡tienen tanto en común!... Los "sacrificios" no se sienten por que estamos dentro de ese estado emocional casi inmortal. Podemos recorrer 30 kilómetros todos los días en transporte público solo para verla un par de minutos y regresamos satisfechos a casa. Peck continúa: 

"La experiencia de enamoramiento no es amor verdadero por tres razones:
  1. No importa cuánto queramos enamorarnos, no podemos hacer que suceda.
  2. Enamorarse no es amor real porque es algo sin esfuerzo. Lo que quiera que hagamos en ese estado de enamoramiento requiere poca disciplina o esfuerzo consciente de nuestra parte.
  3. El que está enamorado no está genuinamente interesado en fomentar el crecimiento personal del otro. Si tenemos algún propósito en mente cuando nos enamoramos, es acabar con nuestra propia soledad y posiblemente asegurar el resultado por medio del matrimonio. 
La experiencia del enamoramiento no se centra en nuestro propio crecimiento y desarrollo de la otra persona. Más bien nos da el sentido de que hemos llegado a un punto y que no necesitamos crecer más. Estamos en el apogeo de la felicidad de la vida y nuestro único deseo es permanecer allí. Ciertamente la persona amada no necesita crecer porque es perfecta. Simplemente esperamos que permanezca perfecta."

Walter Riso, al hablar de la fidelidad en su libro "La fidelidad es mucho más que amor", utiliza el término fidelidad bioquímica, en donde agrega: "El enamoramiento conlleva una fidelidad que no depende de la voluntad, sino de una inundación emocional que arrasa con cualquier extraño que quiera entrometerse... la decisión de ser fiel no es producto de la mente y sus convicciones sino del mero instinto de supervivencia, porque ningún organismo tolera dos enamoramientos al mismo tiempo.

Con las importantes aportaciones de los anteriores textos, llego entonces a la conclusión de que, siendo el enamoramiento un estado emocional, instintivo, genético y bioquímico, quizás no sea posible elegir sentirlo o no, y mucho menos hacia quién. No elegimos de quién nos enamoramos, no controlamos del todo el shock eléctrico que nos manda el cerebro, eso es un hecho.  

¿Y el amor?

AMOR "VERDADERO"
Pocas veces tendremos tanta dificultad en definir algo como el amor verdadero o real, ¿es un sentimiento o una acción?... Es un término muy relativo y ciertamente todos tenemos una explicación diferente que va desde lo mas cursi, hasta lo más realista, así que partiré con la definición 3 (que me parece la mas exacta de las 14 que tiene) de la RAE. "Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo". Es verdad, el amor a fin de cuentas sí es un sentimiento hacia otra persona, un afecto que sentimos por alguien (desde nuestras familias hasta la pareja), pero para que éste logre la incansable tarea de trascender en el tiempo y no caerse, requiere de ACCIONES, que, como nos dice la RAE, "inclinación y entrega", osease que hay que ponernos a trabajar.

Amar a una persona es, a mi muy particular forma de pensar dados los casos que he tratado y la experiencia misma, un sentimiento que se desarrolla y alimenta de acciones por parte de los involucrados. Estas acciones van desde las muestras de cariño, hasta la tolerancia, el respeto y el apoyo mutuo. Recordando lo que dijimos del enamoramiento que éste nos daba la sensación de haber llegado a un punto donde ya no necesitamos crecer más, el amor nos invita precisamente a lo contrario, a crecer en lo individual y en conjunto con la pareja. 

Entonces, si el amor es un SENTIMIENTO que se desarrolla con ACCIONES, ¿podemos elegir a quien amar?, la respuesta sería que SI, ya que para AMAR a alguien ocupamos definitivamente decidirlo y hacerlo: decidimos ser tolerantes con él, decidimos respetarla a ella, decidimos cuidar de él, decidimos hacerlo, el arrebatado impulso del enamoramiento a estas alturas de elecciones no tiene ya mucho espacio.

Ahora, ¿cual es entonces la función del ENAMORAMIENTO en esto?... Me gusta decirlo como que es el que nos da el primer "empujón". En este estado recuerda que no nos importan mucho (o nada) los defectos, y esa sensación de ser invencible es la que nos da la fuerza de lanzarnos a los compromisos que, si bien sería mas recomendable estuviéramos un poco mas conscientes, no negaré que nos ayuda en la curva de formar una relación estable; es por ello que esta etapa no es mas que la ANTESALA de una relación con AMOR VERDADERO.

¿QUE NECESITAMOS ENTONCES PARA PODER ELEGIR?
En esta nueva ideología social en donde cada vez defendemos mas nuestro derecho a elegir y que lo hacemos notar con "no quiero tener hijos" "no quiero casarme" "quiero ser un profesionista exitoso", no me suena tan descabellada la idea de que también (y en muchos casos gracias a nuestros descalabros amorosos del pasado) queramos ahora defender y hacer un fuerte énfasis en ELEGIR a la persona que queremos a nuestro lado con algo mas que la simple emoción de ENAMORARSE... ¿Podemos elegir a los "amores" de nuestra vida? ¿Está en mis manos escoger amar al hombre o mujer que me conviene y sacarme de la cabeza a esa persona que no quiero sentir algo por él?... Acorde a lo que ya vimos, aunque enamorarnos suena a que no es nuestra decisión, AMAR A ALGUIEN SIEMPRE LO ES, esto hayamos pasado por el enamoramiento o no. Todas las decisiones fuertes de la vida con beneficios a largo plazo (que es que tu relación funcione) necesitan fuerza de voluntad en un nivel consciente y maduro, y, en el caso de la elección de amor, ésta requiere de una especial y alta dosis de YO SE LO QUE QUIERO. En el supuesto que decidamos (por conveniencia o estrategia) que queremos amar a cierta persona y que por ello nos vamos a brincar el enamoramiento, y pasaremos directo a la gloriosa sala de AMOR VERDADERO, vamos a requerir más paciencia, más tolerancia, y más voluntad, ya que recuerda que no tendremos de ese "empujoncito" tolerador de defectos que es la fase de estar enamorados. 

Es sin duda el amor romántico el que todos soñamos desde que empezamos a sentir mariposas en el estómago en los primeros años de la adolescencia, juventud o la pubertad. Nos gusta pensar que las leyendas estilo "el hilo rojo" (las parejas están destinadas a ser porque hay un hilo rojo invisible que las une no importa qué) son reales y que allá afuera hay alguien que está hecho para nosotros, que, al igual que uno, solo está esperando el momento en que por fin coincidiremos y diremos que lo hemos logrado, pero, aunque no es mi intención bajar de nivel a algo tan perfecto como el concepto del AMOR a un simple juego de decisiones manipulables, preguntaré: ¿por cuanto tiempo lo idealizamos y dejamos de hacer lo que nos corresponde? No se trata de quitarle la fuerza al AMOR en si, sino de  sabernos capaces y responsables de nuestra voluntad para crear, hacer y deshacer algo, y cómo esto deberíamos usarlo para nuestro propio bien, para elegir bien a la pareja, para amar despierto y no soñando, y así disfrutar de un AMOR no de cuentos de hadas, sino como es: CIERTO, REAL Y LLENO DE VIDA.  El amor no lo hará todo por nosotros. No es el amor romántico el que nos mantendrá unidos a nuestra pareja por años, hayas decidido brincarte o no el enamoramiento. Un simple sentimiento no mantiene matrimonios a través del tiempo, ¡lo hacen las decisiones de las personas!, luchar, tolerar, trabajar, apoyar, perdonar. Ponerlo en el plano de lo ideal no hace mas que crear mentes ilusas y holgazanas de algo que requiere más que leyendas de medias naranjas y almas gemelas. ¡Podemos elegir!... ¡Tenemos que elegir!... Es hora de crecer y aprender lo que realmente es AMAR.

martes, 6 de octubre de 2015

Segundas Oportunidades... ¿Volver con un EX funciona?

Eduardo se llamaba. Era alto, tenía el cabello un poco largo y a mis ojos era bien parecido. Su aire de "niño malo" me tenía perdidamente enamorada. Éramos muy jóvenes realmente, 15 y 17 años, sin embargo, él tenía todo lo que a esa edad una mujer sueña (mala fama, seguridad al hablar y ya hasta sabía manejar y fumar al mismo tiempo). Tuvimos una breve relación de 3 meses a finales del 2003, pero no terminamos bien, solo me envió un correo una noche diciéndome un frío y triste: "Ya no quiero ser tu novio". 4 meses mas tarde yo había empezado a salir con uno de sus amigos, así que gracias a ese nada intencionado provocador de celos, uno de mis mas grandes sueños se volvió realidad, ¡me pidió que volviéramos!... Si, todas anhelamos el día en el que el hombre que nos abandona vuelva a decirnos: "Lo siento, me equivoqué, estos 2 segundos sin ti me hicieron ver que eres la mujer de mi vida". Incluso fuimos al cine esa tarde y ¡hasta me abrazó!... era la adolescente mas feliz del mundo, lo era hasta que unas semanas mas tarde volvió a dejarme exactamente de la misma manera y por las mismas razones.

Pamela era una vecina mía mas grande que yo. Ella tuvo un novio con el que duró prácticamente toda la Universidad, pero por numerosas discusiones y desacuerdos en las formas de llevar sus vidas, terminaron poco antes de su graduación, así que Pam, como era una mujer atractiva, inteligente y decidida, no tuvo ningún problema en encontrar un nuevo amor el cual la acompañó a su ceremonia de fin de estudios. Cuestión de unos cuantos meses (poco mas de un año), Juan, su novio de la Universidad, volvió a buscarla y entonces Pamela dejó a la nueva conquista para volver con él, con su novio de toda la vida, con quien debió quizás haber ido al baile de graduación, pero bueno, no mucho tiempo después tuvieron su propio baile, el de bodas. Hoy llevan casi 10 años de matrimonio.

Eduardo es mi única historia donde tuve la oportunidad de vivir una 'segunda parte' de la historia, y aunque admito que en varias ocasiones y con otras parejas deseé que mi novela terminara como la de Pamela, no sucedió y afortunadamente tuve la oportunidad de buscar y encontrar nuevos amores. Pero entonces,... ¿Qué tan exitoso es volver con un EX? ¿Son posibles las segundas oportunidades? ¿Bajo qué circunstancias?... y ¿Es recomendable?

Cuando una historia de amor termina, una parte IMPORTANTISIMA del duelo es cuando nos cuestionamos y analizamos qué pasó, qué salió mal y claro, dónde nos equivocamos nosotros. No para culparnos al respecto sino para aprender de ello. Es normal que cuando el amor de nuestra vida nos deja, caigamos en negación y nos cueste trabajo sentarnos a ver la cruda realidad tal cual es, pero quizás es por ese estado de necedad insensata que corremos a rogarle (o aceptamos inmediatamente de vuelta) al irremplazable sujeto sin preguntarnos realmente ¿por qué terminamos? 

Para conocer si deberíamos o no volver con un EX (ya sea si éste a vuelto a buscarnos o si somos nosotros quien decidimos llamarlo de nuevo para vernos a tomar un café), lo primero que debemos tener en claro es ¿POR QUÉ TERMINAMOS LA VEZ ANTERIOR?... ¿porqué?... por que no es lo mismo que consideres volver con tu EX con el que tuviste problemas en ponerse de acuerdo en dónde cenar, a que le ruegues al que te engañó con otra persona. Por ello, y si estamos aun en la negación de rogarle o considerar su segunda vuelta al hombre o mujer que se ha ido, te presento los definitivos NO para volver con él o ella:

  1. Si te dijo que ya NO te amaba = Esta es dura de aceptar para cualquiera de nosotros, pero si alguien nos ha dejado ir esta daga al corazón, ¿qué esperamos al volver a buscarlo?... pero ¿y si es él o ella quien nos busca?... Hay que ser claros con la persona, uno no ama y 'des-ama' a la pareja de la noche a la mañana (ojo que no esté buscando 'algo' casual y seguro mientras se decide).
  2. Si tu sabes que NO lo/la amas = Lo dijo Walter Riso, amar es como un orgasmo, o lo tuviste o no lo tuviste, y si dudas que lo tuviste, pues NO lo tuviste. Si tu sabes que por esa persona realmente no hay amor, no lo lastimes, no lo busques para volver con él (probable escape para la sensación de soledad) y sobre todo, no lo aceptes de vuelta si te busca, accederías por lástima.
  3. Si te engañó = Esta la dejo a consideración de cada uno, ya que la infidelidad tiene muchos matices, pero en la mayoría de los casos no recomiendo aceptar la segunda parte. Dicen que ser infiel solo cuesta la primera vez (la única que da remordimiento).
  4. Si te maltrató = La falta de respeto en la relación suele siempre ir en aumento. Si una vez te gritó, a la siguiente es muy probable que lo haga mas fuerte. Hay que ser fríos en esta y si se va a aceptar una vuelta de una relación en la que hubo maltrato, sobra decir que es necesaria la intervención profesional (mismo caso en la infidelidad).
  5. Si detectaste actitudes en él o ella que definiste como imposibles de permitir en tu vida (flojo, tomador, adicto al trabajo, etc) = Una amiga me dijo una vez "Mientras tu digas -puedo vivir con esto-... está bien". Si tu EX tuvo formas de ser que simplemente decides NO van con tus valores, formas de pensar, etc., no siempre quiere decir que él o ella estén mal, son solo formas de ser, así que hay que ser honestos. No asumas que tu EX va a cambiar eso que tanto te molesta; si es algo que definitivamente te desagrada, tampoco es la idea que te sacrifiques por él, a la larga uno de los dos terminará frustrado y quizás yéndose la próxima vez.

Las segundas partes en muchas ocasiones pueden funcionar, sobre todo cuando la primera parte de la historia terminó por diferencias que pueden reconciliarse con mucha comunicación y madurez, pero es importante estar seguros de que queremos estar o no con esa persona, y no volver solo porque es 'lo conocido' o 'lo fácil'... y si es el caso que nos entristece saber que nuestro irremplazable EX no volverá llorando bajo la lluvia con un ramo de rosas y gritando nuestro nombre, la mayoría de las veces es lo mejor que nos pueda pasar. ¿Cuántas veces nos perdemos de grandes nuevas oportunidades por seguir viendo y buscando abrir la puerta que se nos cerró? 

Enamórate de un Valiente

  Teníamos solo un mes juntos pero eso no era impedimento para las palabras, las promesas, las ideas, los sueños y las ilusiones. Me habí...