Samantha Jones, emblemático personaje de la serie "Sex & The City" menciona en uno de sus capítulos de las primeras temporadas: "Siempre hay una batalla con un Ex llamada '¿quién morirá miserable?'". Hoy, por cosas del destino (y de Facebook), nos enteramos de que el ex novio infiel de una amiga de nuestro trascendental y siempre constructivo grupo social, se había comprometido con la mujer con la que cometió fechorías a espaldas de ella. Esto ya tiene unos pocos años, pero sin duda la noticia me hizo pensar mientras paseaba a mi perra Katy hoy por la mañana. Intentamos ser justas y maduras al decirle a Lety: "Pues que le vaya bien", pero, ¿En verdad le deseamos bien a los Ex?... ¿Esa persona que algún día nos lastimó esperamos verlo regocijarse en júbilo lleno de autos del año, casas con jardines gigantes y vacaciones en el extranjero?... ¿Es cuestión de madurez o es solo una máscara de los que dicen sentir alegría de ver a quien un día los dejó llorando, ahora ser feliz?
Puedo recordar hoy a mi primer novio y con toda seguridad aseveraré que es posible desearle la felicidad a alguien que un día nos hizo sentir precisamente todo lo contrario al dejarnos, pero reconozco que tuvieron que pasar suficientes años, y el que él no me haya hecho prácticamente nada malo, ayuda. Al final, Gabriel no me hizo nada, solo decidió que lo nuestro debía acabar. Los primeros (muchos) meses fue difícil, supe cuando tuvo una nueva novia y por su puesto que no me alegré y le mandé un beso al cielo para que fuera feliz para siempre, ¡yo deseaba ser ella!, pero el tiempo lo cura casi todo y hoy puedo decir tranquilamente que su felicidad, aunque no me hace brincar de alegría, me permite liberar de mi boca un: "Que bueno, me da gusto"... Pero, ¿qué pasa cuando una relación acaba mal?... ¿le desearemos toda la vida dolor y sufrimiento?... ¿jamás podremos ser felices por el o ella?.
He hablado del perdón antes, del proceso que conlleva y lo liberador que es por fin soltar esa prisión que sentimos al guardarle un tipo de rencor a esa persona, pero ¿hay faltas que no se pueden personar?... Si así fuera, entonces me suena lógico que haya situaciones en las que nos resulte prácticamente imposible desearle la felicidad eterna a alguien.
En mi pubertad mi hermana tuvo un novio posesivo y algo psicótico que le trajo muchos problemas a mi familia. Nosotras éramos muy jóvenes, y nos costaba mucho discernir de una buena o una mala compañía masculina a ese grado, y más aun si, en este caso mi hermana, estaba perdidamente enamorada de él. El sujeto, a grandes rasgos, hizo pasar muy malos ratos a mis padres. Nos robaba pertenencias de la casa, incluso dinero en efectivo. A mi hermana la manipulaba y maltrataba, a todos nos mentía, y para agregarle sabor, a mi alguna vez llegó a amenazarme de muerte. Recuerdo a mi padre en la obscuridad de la sala pensativo y preocupado, mi hermana no quería dejarlo y ése sujeto estaba haciendo pedazos a la familia. Para nuestra fortuna mi hermana creció, conoció el mundo y dejó esa relación. Salimos adelante. Sin embargo hoy, más de 10 años después, este tema sigue siendo un tabú entre nosotros. De alguna forma ninguno pudo perdonarle que casi destrozara a la familia. Es fecha que aún lo podemos ver por la calle y, aunque no le deseamos lo atropelle un camión de basura, tampoco decimos inocentemente: "Ojalá haya encontrado el amor y sea feliz con familia e hijos"... Lo único que sabemos es que no lo queremos cerca de nosotros y que cada que alguien nos pronuncie su nombre, será inevitable recordar lo que esa persona significa para la familia... ¿Nosotros entonces, pudimos perdonarlo?... Suena a un NO, y quizás nunca lo hagamos.
Hay faltas en nuestra vida que simbolizan grandes dolores a nuestra persona, y si éstas se hicieron con alevosía y ventaja, sin duda son difíciles de pasar por alto. Obligarnos a nosotros mismos a perdonar siempre a todos nos presiona a una acción que a nuestros adentros quizás no estamos listos para sentir (y no queremos), lo que desencadenaría en un perdón totalmente FALSO... ¿Podríamos perdonar al conductor ebrio que en un accidente automovilístico hizo que un ser querido perdiera la vida? ¿Seríamos capaces de desearle el bien al hombre que hubiera asesinado en un asalto a un allegado nuestro?... Tal vez hay quienes si pueden, pero el ingrediente del TIEMPO es indispensable, y solo quien viva este tipo de desgracias sabrá cómo manejarlas y será muy respetable si desea o no perdonar al agresor... y en el momento que él decida hacerlo.
En resumen, volviendo a Lety y la noticia de su EX comprometido con la mujer con la que la engañó, en lo personal y a mi experiencia no se trata de que les deseemos mal (aunque aceptémoslo, que ella haya subido de peso luego de que te cortó y que ahora tu te veas increíble porque te apegaste a las rutinas del gimnasio, da una sensación momentánea y natural de triunfo), pero hay faltas que honestamente nos hicieron mucho daño, y seríamos muy hipócritas al decir "le deseo lo mejor" (No es verdad, no le deseas lo mejor, le deseas que le vaya mal). En este tipo de casos me gusta mas la idea de simplemente hacer y actuar con lo que me haga sentir mejor a mí, sin mentirme a mi misma convirtiéndome en la Madre Teresa (con tal de dar una imagen que no soy), pero tampoco atentando contra el bienestar de la otra persona (no vamos a apedrearle su casa tampoco). No me voy a obligar a perdonar a quien quizás no estoy lista para hacerlo, ni mucho menos le voy a desear el bien. Me suena más lógico y honesto pensar que esa persona ya NO figura en mi vida, si le va mal, no me afecta (no creo que me busquen a mí para donarle sangre para una operación), y si le va bien, tampoco (no estaré en la lista de invitados en esa boda ni me invitarán a su casa con alberca). Que se convierta en un extraño más que nos da el mismo gusto si se gana la lotería o no, y por parte nuestra, tampoco nos presionamos a dar un perdón falso (que ése el tiempo lo defina). Enfoquemos nuestra energía y pensamientos en las cosas que SI nos afectan si salen mal o bien, para que cuando nos llegue la noticia de que quienes alguna vez nos hirieron (de la forma que sea), ahora están planeando su boda en la playa nos de hasta flojera pensar en ello y solo respondamos con un "Ah... ok... bueno te decía, ahora estoy en un proyecto de trabajo grandísimo!!.."