lunes, 20 de octubre de 2014

Los Finales Alternativos

Recuerdo con exactitud la primera vez que vi la película de “The Break-Up” (en México: “Viviendo con mi Ex”), y si son seguidores del amor y los romances que duran por toda la eternidad, el final pudo haberles parecido frío e incluso un poco triste. Se trataba de una pareja de novios que vivían juntos y al final se separan, se encuentran en la calle algunos meses después y solamente se saludan y se despiden a lo lejos. Uno hubiera pensado que, tratándose de una película, ellos iban a reconciliarse al final, pero ¡NO!, en el mundo real las cosas no suceden de esa forma, las historias de amor (por mas perfectas que fueron algun día) suelen terminar (no todas claro, pero enfocándonos en las que sí)y si tienes suerte, puedes saludar a tu ex en la calle con una sincera sonrisa (o una falsa con intenciones de golpearlo con tu bolsa, no importa) ¿Por qué un final “real” nos da esa sensación de tristeza? Porque el hecho de saber que Brooke no se quedó con Gary (personajes de la película) nos da la sensación de que el amor NO SIEMPRE TRIUNFA, y estamos totalmente acostumbrados a creer que el amor siempre saldrá adelante, pero vamos mas allá, ¿Estamos 100% programados a creer que los finales felices incluyen un beso, una boda, un “felices para siempre” y algunos hijos?… ¿y si no?

Crecimos con la fantástica gama de películas de Disney, donde Ariel deja a su familia de sirenos para, a lo lejos y en un barco, celebrar su boda con el “amor de su vida”. Tambien tenemos las telenovelas mexicanas de las “Marias” (Mercedes, del Barrio, Marimar, entre otras), que se ensañaron en meternos por ojos, boca y oídos que el final perfecto es el que incluye un vestido blanco, una iglesia, un beso o un monton de niños rubios corriendo hacia la protagonista gritando “mamá”, ella lo levanta, da un beso al apuesto galán y aparece el trillado: “Fin”.

Si, el amor vende, casi nadie querría una telenovela que termine en desamor, pero… ¿Qué influencia ha tenido este montón de ideologías en nuestro desarrollo? ¿Estamos programados para buscar precisamente ESE final feliz? ¿Si no lo conseguimos somos unos tristes fracasados? ¿De ahí se alimenta la sensación de derrota al no tener pareja/boda/hijos? ¿Bajo esa premisa no estamos alimentando la idea de quizás aguantar una mala vida porque hay que seguir el esquema pre-programado de “felicidad” en donde la imagen perfecta es precisamente esa (y hay que hacer todo para no perderlo)?

Es una idea muy injusta habiendo tantos, como yo los llamo, FINALES ALTERNATIVOS y que no son para nada tristes, pero estamos programados para creer que sí y somos expertos en tenerles lástima:

  • Pobrecito, después de su divorcio, ése hombre se la ha pasado con varias mujeres sin encontrar su lugar, se hizo un mujeriego
  • Qué triste pareja, no han logrado embarazarse, van a estar solos toda su vida y nadie los va a cuidar de viejos
  • Esa mujer tiene muchas parejas, que lástima, está sola y seguramente sigue sin encontrar al indicado
  • Vive solo(a), que feo debe ser no tener a nadie que te espere todas las noches
  • Y mi favorita…. Cuando te tocan el hombro y te dicen: “¡YA LLEGARÁ!” (dependo de que llegue un sujeto maravilloso para ser feliz y si no llega estoy condenada)

Yo estuve casada y llegué a utilizar algunas de estas frases en donde te ves a ti mismo como el modelo a seguir porque tu sí “encontraste el amor” y puedes llegar a ver a los que no con lástima, y ¡sorpresa!, muchas veces toda esa gente a la que le tienes “pena” es mucho más feliz que tu, pero estamos programados para juzgarlos porque no estan en la linea del “final feliz estilo tradicional”, porque estan solos, porque estan separados, porque ya no se volvieron a casar, porque son madres solteras sin pareja, porque no tienen hijos, porque ROMPEN ESQUEMAS, cuando la realidad es que existen diferentes finales alternativos perfectamente válidos para cada quien y el hecho de que alguien no siga la línea de parejas=esposos=hijos, no significa que no sean felices tal como están… ¿y saben por qué? Porque la felicidad no viene de ahí, pero crecimos creyendo que si.  

Hay que sacarse esa idea mediocre de la cabeza porque es ésa misma idea la que nos hace incluso, que si estamos en esa situación, NOS TENGAMOS LÁSTIMA A NOSOTROS MISMOS, acabamos frustrados y en ocasiones nos hace lanzarnos hacia el primer barco en dirección al final perfecto, y ése afán de ir tras ése bote nos puede hacer elegir muy muy mal.

¿Yo era mejor que mis amigas solteras solo por que estaba casada? ¡Claro que no!... Si, viví  momentos felices, pero la realidad era que detrás de la puerta de mi casa habían muchas mentiras, traiciones y malos tratos que obviamente mis amigas solteras no sabían (teníamos que mantener la sonrisa perfecta porque éramos la pareja perfecta).

Así que, empecemos a limpiar el disco duro:
  • Deja de tenerte lástima si hoy en día no estás viviendo ese final pre-establecido, si es momento de estar solo, entonces disfrútalo y sácale provecho, ¡no tienes límites!
  • Deja de tenerle lástima y/o juzgar a la gente que no esta siguiendo el patrón de beso=boda=hijos, el que uno sí haya seguido ése rol no da derecho a señalar a quienes no.

Si tienes la fortuna de ahora vivir un hermoso cuento de hadas, ¡fantástico!, creeme que eres una persona muy afortunada, pero no olvides que esa no es la única forma de ser feliz, porque la felicidad no está cuando encuentras el amor en alguien mas, sino cuando encuentras el amor en ti mismo, ¡y ésa es la clave! partiendo de ahí, para adelante todo el camino es más claro... ¡y más fácil!

Sé que es una cultura de muchos años e intentar cambiarla va a llevar tiempo, pero empezemos por un: ¡Adiós a la lástima y hola a los finales alternativos!

Trasciende… lo ordinario ya lo hicieron otros.


Laura Franco

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