Bienvenidos a la República de
Celotipia (también conocida solamente como Celotipia), el lugar en el
mundo de las relaciones donde muchos vivimos o hemos vivido. Esa desagradable
área de nuestra historia que viene acompañada mas que nada de muchas peleas y
el horroroso sentimiento de frustración. Celotipia tiene dos zonas: la Zona
Sur, en donde viven las personas que constantemente celan a sus parejas (esas
que preguntan hasta quién respiró tu aire), y la Zona Norte, donde viven los
celados (aquellos a los que siempre les están haciendo escenas y se aguantan
hasta los golpes de sus parejas). Conozco Celotipia muy bien, porque de hecho, residí ahí por muchos muchos años.
A mi muy personal experiencia, desmenuzo cada uno de los mitos o dudas de Celotipia:
Llegue a la Zona Sur de
Celotipia a los 17 años en mi primera relación formal. Recuerdo que
en reiteradas ocasiones le hice pasar a mi inocente novio momentos demasiado incómodos gracias
a mis grandes y molestas inseguridades. Siempre que alguien me cuenta que es
celosa(o) o tiene a su pareja en este estado, en broma digo que nadie es mas
celosa que lo que yo era antes de mis 20, donde, por ejemplificar el grado,
menciono que la peor fecha del año para mi era cuando él cumplía años, ¡por que
la gente lo iba a abrazar!... y como un anécdota extra, diré que sufrí
enormemente cuando bailó el vals de quince años con su hermana menor, ¡vaya que
yo no toleraba que absolutamente nadie se le acercara! (incluyendo su propia
familia)... Hoy me río, pero en aquel entonces era un sufrimiento interminable
para ambos, ya que no solo él tenía que cargar con mis berrinches, sino que YO
también tenía que cargar conmigo y con la pesadez constante de sentirme
molesta. Esa relación terminó, y a partir de ahí me propuse a no volver a ser
tan asfixiante, pero para mi sorpresa, el karma me alcanzó en mi siguiente
relación donde me mudé al Norte de Celotipia, y ahí me convertí en la persona
que no se podía sentar en el mismo auto que transportara a un hombre vivo.
Hoy en día, habiendo vivido en
las dos zonas de la República de Celotipia, y con el lujo de ahora estar en una
zona neutral y tranquila donde definitivamente tiré mi boleto de regreso;
viéndolo desde afuera y escuchando a quienes actualmente son residentes, me
asaltan algunas dudas del tan cansado pero tan popular fenómeno de LOS
CELOS: ¿En algún momento los celos son sanos? ¿Existe de verdad un grado
'bueno' o 'normal'? ¿Éstos significan que la pareja nos importa mucho?
¿Quién sufre mas en una relación de celosos?
1. ¿Los celos son sanos?
En su definición literal, los celos son esos
sentimientos que experimenta una persona cuando sospecha que su ser amado siente cariño hacia otro, o cuando éste prefiere a algún tercero sobre de él.
Entonces, si los celos son ese sentimiento de estrés ¿qué hay de sano en ellos?
Es verdad, son inevitables en algunas ocasiones, pero llamarlos sanos no creo
que sea lo mejor ya que, quienes los hemos padecido, sabemos que NO se siente
nada bien ese retortijón en la boca del estómago o esas 700 llamadas perdidas
de nuestra encolerizada pareja. En lo personal no les conozco ningún beneficio
salvo esa "bonita" sensación en el enamoramiento de que nuestra
pareja teme perdernos... pero cuidado, la línea entre lo lindo y lo catastrófico en
Celotipia es muy delgada.
2. ¿Quién sufre mas?
Aunque el
celado sufre mucha asfixia en una relación donde imperan los celos, es el CELOSO quien se lleva la peor parte. ¿Por qué?...
porque repito lo del punto anterior: El celoso sufre sentimientos y
frustraciones internas rodeadas de miedos e inseguridades acerca de perder al
ser amado. Con lo anterior, imagina el peor escenario, tiene pesadillas con el
día en que encontrará que sus sospechas han sido ciertas, y cada que el celular
suena, un shock eléctrico atraviesa su cabeza. El celado sin embargo y aunque
carga con las llamadas constantes de la pareja y la mayoría de sus absurdas
reclamaciones, muchas veces es cuestión de tiempo para que solo se canse de
ellas y simplemente las deseche de su vida. Molesto, doloroso, pero es el CELOSO quien pelea contra su propia mente TODOS LOS DIAS.
3. ¿Porqué celamos?
Porque amamos a nuestra pareja, porque tememos perderlo,
porque tiene muchos amigos, porque tiene una compañera de trabajo muy guapa,
porque viaja, etc. todas esas "sub-razones" están detrás de la
verdadera y cruda realidad: "Soy totalmente reemplazable"... Aunque nos cueste admitirlo (yo me tardé como 5 o 6 años en hacerlo), la frase que , en mi muy particular caso escondía y justificaba por años mi estadía en la Zona Sur de Celotipia era:
"No soy suficiente y es cuestión de tiempo para ser traicionada y
reemplazada". Por eso nos han dicho por años los expertos que los
celos son inseguridades, pero inseguridades de nosotros mismos (no de nuestra
pareja). Nosotros mismos no estamos seguros de nuestro valor (por lo
tanto creemos que es un valor muy bajo) y tememos que nuestra pareja se de
cuenta de ello y entonces se vaya con quien valga más que nosotros (que a
nuestro subconsciente puede ser cualquiera).
4. Escenarios imaginarios
Un amigo muy cercano tuvo una larga jornada en la oficina
y saliendo fue directamente a cortarse el cabello (que ya era bastante
necesario). Como llegó bastante cansado y mas tarde de lo habitual,
inmediatamente pasó a la regadera para quitarse de encima todos los restos de
cabello que a los hombres les pica en el cuello luego de pasar por las tijeras
del estilista. Sin decir una palabra (recordemos que estaba exhausto), se
acostó en la cama donde su esposa ya lo esperaba. Ella guardó silencio unos momentos
hasta que mejor optó por despertarlo y cuestionarle de con quién había estado y
porque había llegado tan tarde y directo a bañarse sin decir una palabra. La
verdad era que el sí había estado trabajando hasta tarde, se cortó el cabello,
el cuello le picaba y llegó a bañarse, pero la esposa SUPUSO que había estado
con otra mujer. La palabra clave en los celos es que son SUPOSICIONES,
fantasías, imaginación, falsas realidades derivadas de nuestra inseguridad y
que si las dejamos volar, pueden llegar bastante lejos (vaya que somos capaces
de inventar toda una escena en donde incluso vemos a nuestros respectivos
riendo con la/el amante mientras beben vino y dicen "jaja, se creyó lo
de la junta, ¡ingenua!"). Son escenarios imaginarios desembocados (y
magnificados) por nada mas y nada menos que por nuestro propio miedo de ser
reemplazado.
5. Cuando no confían en ti
Bien nos dice Walter Riso que es una falta de respeto muy
sutil y escondida el que no confíen en nosotros. Si escuchamos frases como:
"De seguro estabas con otra", lejos de sentirnos halagados,
hay que poner las cosas en claro. Nuestra respuesta es obviamente "No",
y si reiteran con un "Claro que sí", están dudando de tu
palabra = eres un mentiroso = una falta de respeto a nuestra persona.
También es común que alguna
vez escuchemos esas frases de: "Confío en ti, pero no en los demás a tu
alrededor", esto es una mentira, lo que realmente quieren (queremos)
decir es: "No confío en tu capacidad de manejar situaciones que puedan
poner en riesgo nuestra relación", o lo que es lo mismo a "Te provocarán y caerás" = No confío en ti.
Otra muy popular y del estilo
chantajista es: "No me celas, no me quieres", la cual es una
completa mentira. El querer a alguien y celarlo constantemente no son acciones
que van de la mano. No hay que confundir el mostrar la preocupación por el
bienestar de la pareja (que eso sí significa cariño y afecto), con el
cuestionarle, recriminarle y prohibirle actividades normales.
6. La verdadera clave del éxito en la
confianza
Me tomó muchos años entenderlo a este nivel pero espero
darme a entender en este punto, de nuevo, mi muy personal visión: lo
importante NO es confiar en tu pareja. Algo diferente a lo que nos
han enseñado por años, en donde la confianza es la piedra
angular en cualquier relación (lo cual es obvio cierto)... sin embargo ¿no
necesitamos confiar primero en nosotros para poder confiar en el otro? ¿confiar
en nuestras propias capacidades? ¿en nuestra fuerza para salir adelante? ¿en
nuestro poder personal?
Hay una cruda realidad que dice que, aunque no queramos, la mayoría
de la gente nos va a decepcionar/traicionar alguna vez en la vida (tu madre, tu hermano,
tu mejor amigo, tu pareja, el amor de tu vida), ¡y no está mal!... Todos somos
personas terriblemente imperfectas con nuestras propias decisiones a tomar
todos los días, y además de ello cargar sobre la espalda el peso de jamas fallarle a
NADIE, ¡a mi me resulta muy difícil!
Entendamos este punto como la pieza clave para salir de Celotipia (y nunca mas volver). Los celos sí son inseguridad (quien lo niegue es que está ahí), pero como dije, la inseguridad en nosotros mismos ante el miedo de ser reemplazados. Una vez que aceptamos que el resto del mundo es libre de sus decisiones, actos, errores, aciertos y que no podemos pasarnos la vida esperando que alguien nos falle, ¡vaya peso que nos quitamos! Entendámoslo de una vez: No somos dueños de nadie. No podemos estar al pendiente del 100% de la vida de nuestra pareja y cuidando sus pasos, ¿no es suficiente cuidar los propios? y aunque lo intentáramos, créanme, no vamos a evitar que él o ella tome una mala decisión. Pero si comprendemos que la clave es que CONFIEMOS EN NOSOTROS MISMOS, realmente lo demás deja de pesarnos, porque sabemos, a nuestros adentros, que nosotros somos totalmente capaces de ser amados, valorados y apreciados por otro humano; y si por alguna razón éste nos falla (que aceptemos que esta es una posibilidad en la vida), sabemos también que contamos con las capacidades de salir adelante y que, aunque nos dolería, nos repondríamos, porque hicimos lo correcto y dimos lo que debíamos dar, y si el otro decide tomar otro camino, es su problema y su vida, no la nuestra. Si confías lo suficiente en ti, confiar en los demás deja de ser tan importante.
¿Quién nos enseñó que una relación debía llevar implícito
el sufrimiento, los dramas y el dolor habiendo tanto por disfrutar? No nos estanquemos en situaciones que los mas dañados somos nosotros. Aprendamos a salir de los círculos viciosos de las relaciones destructivas. Recuerda que el que confía, JAMAS SE EQUIVOCA.
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