martes, 30 de septiembre de 2014

¿Qué Tanto Lo Quieres?... El Camino Para Cumplir Un Sueño No Es Dormido


Le llamé a mi madre llorando una noche, habían incrementado el costo del mantenimiento del edificio donde vivía y apenas y tenía para pagar la mensualidad del lugar que había logrado quedarme después de la disolución de bienes de mi divorcio, ya que el juzgado no me regaló la vivienda, sólo me cedió los derechos y me obligó obviamente a seguirla pagando. Casi la perdía en el proceso legal, pero ganarla no era solo tener donde vivir, era ser 100% responsable de una deuda que se había adquirido en conjunto. Pero ésa noche en específico lloré porque sentí el peso de las miles de responsabilidades en mis hombros. Un día era una joven princesa con un vestido blanco y con sueños de vivir felizmente bajo el techo y resguardo de un amable príncipe, y al siguiente era solo yo, en un castillo propiedad del Sr. INFONAVIT y ni él ni sus aliados CFE, GAS NATURAL y CABLEVISION me perdonaban ninguna mensualidad, pero ésa era la consecuencia de mis decisiones, ¡de todas ellas! Y si quería lograr salir adelante de esa situación, debía trabajar más de lo que nunca antes lo había hecho, sin embargo cuando estas deprimido todo eso se te olvida por completo y te lanzas al llanto y las recriminaciones eclesiásticas de “¿¡Por qué a mí?!”

Terminé la llamada y recibí un mensaje de Adrián, estaba tan desesperada que le comenté cómo me sentía, a lo que me compartió un video que me cambió la perspectiva de mi problema y me hizo recordar quién era (ver video aquí). Hablaba del éxito en la vida y cómo la única forma en la que de verdad vas por él, es cuando desesperadamente lo quieres y cuando no existe nada más en todo el mundo que desees más que eso; emprender tu negocio, llegar a un puesto específico en tu trabajo, lograr una meta,… la pregunta era “¿qué tanto lo quieres?Recordé que varios meses atrás le había dicho a mi hermano la conocida frase de guerra "Prefiero morir de pie que vivir arrodillado", y yo por “morir” me refería a tener que luchar día tras día y hasta el cansancio, para salir adelante, así tuviera que pasar días muy difíciles económicamente, pero era lograrlo sí o sí, porque en ese entonces, era todo lo que quería, salir adelante, y realmente lo quería con todas mis fuerzas. Pasadas las semanas y los meses, me encontré con que no iba a ser sencillo, había que trabajar muchísimo más que antes y como nunca... pero la pregunta seguía siendo ¿qué tanto quieres lograr salir de esto?

Esto nos sucede a varias personas y en muchos aspectos de nuestras vidas; aquel examen, aquel trabajo, aquel proyecto... tantos retos que tenemos enfrente y tan tremendamente fácil que es rendirse porque es difícil, porque vamos a tener que trabajar tanto en ello, y ¡que sencillo es renunciar y culpar a otras cosas por ese fracaso!

Octavio lo puso en una frase que todos conocemos pero que no estamos conscientes de lo que en realidad implica: “TODO TIENE UN PRECIO y no todos están dispuestos a pagarlo. Si lo que quieres es lograr algo que jamás has logrado, obviamente vas a necesitar hacer algo que jamás hayas hecho. Suena fácil, lo leemos en todos lados pero ¿en realidad somos conscientes de ello?

Si alguna vez pensaste en que tenías una gran idea, la que sea, una meta, esta NO va a suceder por sí sola, tienes que estar dispuesto a que te va a costar y que vas a tener que pelear contra el tremendamente fácil deseo de rendirse.

Todos decimos que queremos tener éxito, pero ¿lo queremos realmente?... Cuando quieres algo, cuando de verdad lo quieres, estas dispuesto a todo, a dejarlo todo, a pagarlo todo, porque implicará un sacrificio muy grande y para lograr lo que quieres debes estar dispuesto a hacer sacrificios en cualquier momento y lo que sea que implique para dejar de ser lo que eres y convertirte en lo que quieres ser. Yo tuve que sacrificar ideas, sueños, dinero, estatus, posición social, lujos, sustento, familia, amigos, paradigmas, todo para poder buscar lo que quería ser… y aun me falta mucho más. 

Nos cansamos y renunciamos, nos cansamos y lloramos. Nos tiramos al suelo a llorar y duramos MESES o AÑOS atrapados en un dolor. En las relaciones es así, nos lastiman, nos fallan, fallamos y nos echamos al suelo a llorar… pero no llores y te rindas, ¡llora y párate!, sigue adelante. Ya te pegaron, ya te dolió, ya te lastimaron, ¡haz que valga la pena ese sufrimiento!

La gente que se anima a poner un negocio sabe de lo que hablo con los sacrificios, todo lo que inviertes, no duermes, no descansas, y no te sale, y te asaltan o te extorsionan, o tu competencia te sabotea, o tu socio te abandona y se roba tus ideas y tus clientes. Miles de cosas a las que uno tiene que enfrentarse y de verdad es tremendamente fácil rendirse. Una de las personas que más quiero  me preguntó “¿Y si CADA MARTES no funciona?”… La respuesta es “¡Sí va a funcionar!, ¡porque yo voy a hacer que funcione!, porque yo no voy a dormir para que funcione. Porque mi hermana no se rindió cuando la estafaron, porque ni mi abuelo ni mis tíos se rindieron cuando pasó la última crisis, porque mi prima creyó en su proyecto de academia de danza cuando sobró quien le dijo que NO iba a funcionar y hoy es de las mejores de la ciudad.

Hay que fallar, fallar mil veces, e intentarlo dos mil veces más…  hay que saber sentir el dolor y que aun así vuelvas por mas, y vuelvas por mas, y vuelvas por más, porque no vas a rendirte, porque no es el final, porque llegar a donde quieres va a costarte muchísimo más de lo que crees, y la gente renuncia porque no se quién les dijo que iba a ser fácil, y cuando se dan cuenta que no lo es, empezamos con frases de: “ya no voy me voy a enamorar“ya no voy a aplicar para ese puesto” “ya no voy a estudiar esa carrera porque no pasé el examen de admisión” “no vendí lo suficiente de mi negocio de repostería, mejor lo dejo” … y el mío: “no volveré a casarme ni a planear familia con nadie”… ¡eso es ser cobarde!... El final del dolor es el éxito, ¡pero nos da miedo volver a fracasar! Y por eso no lo intentamos, porque duele, y por lo tanto ¡estamos renunciando al éxito! 

Y no solo renunciamos sino que incluso CULPAMOS a todo a nuestro al rededor de ése fracaso. "mi familia no me apoyó" "es que no me enseñaron cómo hacer eso" "no tuve una buena capacitación" "el maestro se ensañó conmigo" "tengo mala suerte en el amor"... Bullshit!, uno solo se sabotea, por eso no cualquiera logra llegar a su meta... Si nadie te apoya ¡para eso tienes manos!, si nadie te enseña ¡para eso tienes capacidad!... ¡aprende tu! ¡ponte a trabajar tu!... ¿mala suerte en el amor? no es culpa de tus terribles ex-novios que parecen clones y que todos los podridos te tocan a ti, ¡estás eligiendo mal y los estas eligiendo TU!... pero es mas fácil decir "me salió (inserte aquí la cualidad: borracho, mujeriego, flojo)" y cerrar con "ni modo", y claro QUEJARSE AL RESPECTO por años con todo el mundo... ¡Haz algo!... si no es lo que quieres entonces HAZ ALGO... Todos queremos ser felices pero a veces somos unos perfectos COBARDES y culpamos a la pareja, al jefe, al maestro, a nuestros padres y algunos hasta al gobierno por NUESTRA INFELICIDAD, por NUESTRO FRACASO, por NUESTRA FALTA DE ÉXITO. 

Entonces ¿cuándo vas a tener éxito en el trabajo/amor/familia?... la respuesta es que será cuando de verdad y realmente lo quieras.

Tuve la fortuna de conocer la historia de Luis la semana pasada, y coincidimos que cuando vives una crisis complicada lo único que quieres es RESPIRAR, porque literal es como estarse ahogando debajo del agua, no te importa lo demás, no te importan la gente, no te importa el dinero, ni si te bañaste o si no has comido, no, lo único que te importa es tener un poco de aire, porque en crisis hasta respirar pesa y bastante. Y es ahí donde sacas la fuerza, por eso solemos tener una habilidad tremenda para salir adelante precisamente en esos momentos, ya que es cuando realmente nos ponen a prueba el repertorio de habilidades con las que contamos… y lo mas divertido es que luego te acuerdas y no sabes cómo lo lograste o cómo le hacías para mantener el equilibrio al caminar mientras tenías a ese familiar enfermo, mientras no tenías trabajo, mientras tenías deudas, mientras tenías el corazón destrozado.

Si cuando estas ahogándote lo único que quieres es respirar, entonces cuando quieras tener éxito tanto como respirar, es cuando lo vas a lograr.

Lo sueños no se vuelven realidad con magia. Es determinación, sudor y trabajo duro… y comienza con la decisión de intentarlo.   

Laura Franco

martes, 23 de septiembre de 2014

Retirarse con Clase y Llevarse las Fichas a Otra Mesa… La Importancia del Acto Final

A los 19 años cuando mi primer amor había terminado conmigo, por semanas me dediqué a hacer incontables escenas de desesperación por recuperarlo (incluso la parte de “olvidaste este calcetín en mi casa y pensé que podrías…. ¡¡por favor vuelve conmigo!!”) cometí el error de quedar como una patética niña desesperada y sin futuro ante los ojos de mi exnovio, y desgraciadamente no dudo que así fui recordada por mucho tiempo.
 
Muchos años después, al volver al terreno de la soltería, conocí a un par de sujetos, ambos con experiencia y ambos tan diferentes: El foráneo y El arquitecto. Cuando con el agradable hombre foráneo las cosas no funcionaron y me vi en la situación de ser yo la que en primer lugar, diera por terminada la pre-relación, él contestó bastante tranquilo, sereno, me agradeció el tiempo juntos y me extendió su apoyo si en el futuro necesitaba algo de él,… no pude evitar sentir que estaba dejando ir a un gran sujeto. Contrastando el panorama, semanas más tarde conocí al señor arquitecto, quien después de UNA sola cita, inmediatamente las cosas se tornaron bastante extrañas y tuve la necesidad de utilizar el “no eres tú, soy yo”, a lo que en respuesta obtuve las hermosas frases de “¡púdrete!, ¡hipócrita!, ¡mala mujer!”, y varios días más tarde, psicóticos mensajes de: “te ves muy bien hoy” mientras iba de regreso a casa... ¡Aterrador!
Si en algún momento de la vida y el destino volviera a salir con alguno de ellos, es bastante obvio con cuál NO sería. Lo mismo nos pasa a nosotras, lo mismo me pasó a los 19,… hay que saber cuándo y cómo retirarse con clase, así te estén rechazando de la forma más dura posible.
Cerrar con elegancia y madurez una relación (o pre-relación) dice mucho de nosotros. Si alguien nos deja y nosotras nos ponemos a llorarle e implorarle con una terrible cara de maquillaje corrido y ojos rojos e hinchados, que reconsidere su decisión usando frases como “sin ti no soy nada”, en efecto, ésa persona estará más que segura que somos absolutamente NADA y con ésa impresión se quedará por mucho tiempo si no es que por siempre (incluyendo la imagen mental del maquillaje corrido y los ojos hinchados). Por otro lado, si somos lo suficientemente inteligentes como para cerrar tranquilos (aunque por dentro estemos molestos o terriblemente deprimidos) la otra persona llega incluso a dudar de quién dejó a quién (como me sucedió con el foráneo)… ¡y es muchísimo más probable que en un futuro exista una segunda parte de la historia si así se dan las cosas y ambos lo desean! (vaya que nadie quiere volver a salir nunca con una persona patética).
 
 
Lo dice P. Parker en su libro “Los Hombres Siempre Vuelven”, enfatizando en que si una quiere que un hombre vuelva, el primer paso es DEJARLO IR.
 
 
Recuerda tus relaciones y citas pasadas, seguramente tuviste momentos increíbles pero por alguna razón con lo que más nos quedamos es con cómo acabó… pudimos haber tenido una excelente relación llena de flamantes aventuras y románticos encuentros, pero ¿qué es lo que siempre recordamos? CÓMO TERMINÓ, ¡y más si terminó mal!, al carajo se va todo lo anterior si terminas mal con alguien. Es cierto, luego te acuerdas de las cosas buenas pero la manera en que te cortaron o te abandonaron es lo que más presente se te queda, he ahí la importancia de cerrar con clase. ¿Te vas a dar una media vuelta con elegancia mientras te desvaneces de su vista en tu increíble vestido corto y cabello perfecto o vas a hacer un berrinchito inolvidable que hará que el joven se asegure que tomó la mejor decisión al dejarte?
La primera impresión es importante, pero cómo terminas un capítulo con alguien dice mucho de ti y de cómo serás inmortalizado en la mente del otro: como una solitaria, triste y patética creatura sin futuro, o como alguien digno de recordar y sobre todo de admirar,… aunque no te hayan correspondido. No tiene nada de malo que no nos correspondan, es natural y no le vamos a gustar a todos, pero hasta para recibir la bateada se puede tener clase.
 
IMPRESCINDIBLE saber cuándo es momento de agarrar las fichas que te quedan y con elegancia retirarte de esa mesa de juego,… ¡¡y por supuesto que llevártelas a otra!!

Laura Franco

jueves, 18 de septiembre de 2014

Hombres Infieles: Lascivos y Cobardes… y Las Mujeres que Caen por Ellos (parte 2)

Volviendo al tema de “las otras mujeres”, no vamos a odiarlas, socialmente están mal y todos lo sabemos, créanme que no necesitan de nuestro odio para estar estresadas con su situación… pero más que eso, tratemos de entender que existe una historia detrás de cada una de ellas que está ROTA y desde hace muchísimos años. Algo, en algún momento, no salió bien en su proceso de formación de valores (incluida la dinámica familiar en la que desafortunadamente crecen) y regularmente el hombre infiel necesita de una presa vulnerable, alguien que sea maleable, frágil, débil, alguien que él pueda controlar y muchas veces en momentos  susceptibles o perdidamente enamorada de un espejismo (ya que no necesariamente son así todo el tiempo, pueden estar atravesando una crisis).

Dada la decepción que esto podría generarnos en nuestra realidad perfecta de amor eterno ¿Qué sucede con el mundo entonces? ¿Estamos rodeados todos de hombres y mujeres mentirosos? ¿Debemos estar de ahora en adelante a la defensiva (y ya vamos tarde)? ¿Si  me pretenden hombres comprometidos debería amargarme preguntándome por qué lo hacen y odiar al sexo masculino en sí?, ¡Qué caso tendría buscar entenderlos! Hay gente (hombres y mujeres) que, siendo fríos, es incapaz de mantener sanos vínculos, y a pesar de que sus errores y tremendamente malas decisiones nos peguen de rebotito e inevitablemente nos hagan pasar un muy mal rato, es mejor simplemente alejarnos, no tiene caso odiarlos, suficientes problemas tienen que resolver dentro de ellos, en ése caso sería más coherente tenerles un poco de pena ya que tienen un laaaaargo camino por recorrer hacia la autovaloración (y hay muchos que pueden morir y nunca llegaron), y bueno, si ya sabemos quiénes son, es mejor quitarnos de en medio con diplomacia y mucha clase.
 

No nos hagamos los inocentes, la atracción física existe en el ser humano y así como a los hombres les atraen otras mujeres, las damas también de vez en cuando podemos sentir ese cosquilleo del tipo sexy que arregla el jardín, es completamente natural y NO está mal… pero aquí es cuestión de madurez y disciplina el saber controlarse cuando uno tiene un compromiso, porque honestamente es una tremenda tontería el “¡ups!, me enamoré” Bullshit!!, nadie despierta un día enamorado, uno deja que una atracción física (que la tiene cualquiera) crezca a ése grado. Si vamos a tener una relación, hay que saber que para sostenerla es imprescindible respetar al otro porque a final de cuentas estar con él FUE NUESTRA DECISIÓN, ya nadie nos pone una pistola en la cabeza para ser pareja de nadie en estos días y en nuestra cultura.

Amar es un acto de fé, nunca sabremos con exactitud qué está pensando el otro y si éste se está portando bien o está siendo un patán. Pero nadie debe pasarse la vida fantaseando con el día en que cacharemos a nuestra pareja infraganti, el que confía jamás se equivoca, tu nunca te vas a equivocar por confiar en alguien y si éste te falla, el que se está equivocando es él, no tú.

Y para las personas que desgraciadamente están dentro del juego que son infieles o son la tercera en discordia, chicos, por favor, los refranes tienen un porqué “lo que mal empieza mal acaba”. Las relaciones son como los hermosos edificios altos de New York, nosotros mismos los construimos y todos ellos requieren de unas fuertes bases para sostenerse por años. Si están edificando un bellísimo Empire State en terreno irregular, con arena y de la peor calidad y para sellarlo le ponen lodo de aguas negras, nada vale que para el décimo piso le metan mármol si todo el asentamiento está hecho mal, es demasiado fácil que colapse, ¡las bases son terribles! Y si no eres feliz en la relación en la que estás, retírate de ahí, deja que ésa persona sea feliz, es tu vida y eres 100% libre de hacer lo que sea que te venga en gana y te haga feliz, pero JAMAS a costa de nadie.

¡Engañar es la cosa más fácil del mundo!, todos lo podemos hacer con la mano en la cintura, intentemos algo más retador, como ser fieles.

Eres libre de tus decisiones pero nunca de las consecuencias de tus decisiones.

Laura Franco

martes, 16 de septiembre de 2014

Hombres Infieles: Lascivos y Cobardes... y Las Mujeres que Caen por Ellos (parte 1)

Iniciaré esta columna enfatizando que la infidelidad NO distingue sexo, hay tantas mujeres infieles como hombres, pero para esta ocasión es necesario que toque el tema desde la base masculina a fin de enlazarlo con las mujeres que se involucran con ellos. Gracias.
 
Cuando mi situación de divorcio por adulterio era reciente, una muy allegada vecina hizo la fuerte declaración “Es culpa de las mujeres, si todas nos diéramos a respetar y le pusiéramos un alto a cuando un hombre comprometido se nos insinúa, nada de esto sucedería”. Es imparcial culparnos por algo que involucra a dos personas (o más), pero nuestras madres y abuelas pudieron no haber estado tan perdidas cuando por años nos dijeron: “El hombre llega hasta donde la mujer quiere” (aunque suene machista). Mi vecina que menciono, es una mujer soltera, joven e independiente, muy atractiva y tiene un estable trabajo en un banco de la ciudad, jamás le han faltado pretendientes, incluso los que están casados; sé de buena fuente que ella no ha caído por alguno de ellos pero ¿Qué sucede con las que sí? ¿Se trata realmente como dicen de una baja autoestima? ¿O es que en verdad sus sentimientos de amor son puros?... Y ¿Qué pasa por la mente de esos hombres infieles que cada día parecen ser los más comunes? ¿Realmente se enamoran tantas veces?
 
 
Aquí hay dos puntos:
  1. Los hombres que son infieles 
  2. Las mujeres que caen por ellos
En el libro “La última oportunidad” de C. C. Sánchez, se menciona una teoría de que los hombres son infieles por una de dos razones (aunque puede ser por ambas): LOS LASCIVOS Y LOS COBARDES. Los lascivos son personas como su nombre lo dice, “libidinosos”, siempre tienen ganas y no suelen involucrar sentimientos (ej. Los que son infieles con varias mujeres, en ocasiones prostitutas y eventos de una sola noche), lo hacen solo por el deseo sexual y la necesidad arrebatada de satisfacerse.  Y por otro lado tenemos a los cobardes, los hombres que arreglan sus problemas maritales con más problemas; a los que comúnmente les escuchas las frases de “ya me estoy separando” “mi pareja no me entiende” “ya casi cortamos”... y éstos últimos son los que van más de la mano con el segundo punto: Las mujeres que caen. 
Un allegado mío lo considero infiel lascivo, y he tenido la fortuna de convivir de cerca y poder preguntarle las razones de sus actos:
El: “Sé que está mal, pero no puedo dejar de hacerlo, la ocasión se presenta y sucede
Yo: ¿Sientes culpa?
El: “No pienso en ello realmente… La verdad me gana la tentación
Yo: ¿Amas a tu novia?
El: “Si
Yo: ¿Y qué pasará si se entera?
El: “No lo sé, espero que nunca lo haga
Yo: ¿Ella sospecha?
El: “No, como no tengo nada que ver emocionalmente con las otras mujeres ella no nota cambios en mi”.
 
Pareciera entonces que los lascivos se mueven principalmente por “instinto animal”… ¿y los cobardes? Ellos se mueven con egoísmo, saben que existe un problema (aunque no necesariamente debe haberlo) y lejos de buscar resolverlo, encuentran la salida fácil en “otros brazos”. Puede que su pareja ya no le satisfaga en algunos aspectos y sin la intención de entablar el diálogo y pedir lo que a uno le hace falta de la manera más apropiada, mejor se salen a buscarlo afuera, al fin egoísmo, ya que para ellos lo único que importa es que NO se sienten satisfechos y merecen estarlo a costa de todo y de todos… y bueno, desgraciadamente siempre habrá quien les siga el juego: las mujeres que caen.
 
Rebeca era una mujer muy joven, con un futuro bastante prometedor, una buena carrera, inteligencia académica, bonita, soñadora e ingenua, siendo ésta su peor cualidad. Al principio pensé que se trataba de una cuestión de “ganar” cuando comencé a saber de su existencia, era muy seguramente una arpía con intenciones de llevarse a mi exmarido, pero con el transcurso de las semanas me fui dando cuenta que no era más que una niña bastante perdida y enredada en una tremenda telaraña de mentiras, fantasias y totalmente falsas ilusiones; por todo lo que leía de ella descubrí que estaba perdidamente enamorada de una persona que no existia ya que obviamente yo lo conocía a él bastante bien. Jamás me tomó ni una llamada ni me contestó un solo mensaje las veces que tontamente intenté confrontarla, en ningún momento me dijo nada a mí, ni un insulto, ni una agresión física o verbal (con sus actos era suficiente quizás)… eso me decía que no era una perra, o al menos no del tipo que ladran. Conforme destapaba más esa coladera de engaños y mentiras me percaté de todas las cosas que ella hacía por mí entonces pareja: transferencias de fuertes sumas de dinero (en forma de “regalos”), poemas, canciones, correos rogándole, fotografías comprometedoras,… y ahora me pregunto ¿era tan mala como pensé? ¿o simplemente se había enamorado? ¿tenía baja autoestima? ¿o estaba segura de lo que quería e iba a hacer todo lo posible por conquistarlo?

Es verdad, existe enamoramiento detrás de hacer todo ese tipo de cosas por alguien, sea quien sea y sin necesidad de que esté o no ocupado, pero las mujeres que por alguna razón eligen ser “las otras” y más aun las del tipo que “se enamoran”, en verdad SI existe un tema de autoestima y valores bastante revuelto, de alguna forma ponen en una balanza y se CONFORMAN y se justifican del mismo enamoramiento reiterando la pureza de su sentir. Al aceptar ése estilo de vida, ellas están dejando en claro que no merecen a un hombre que las lleve a conocer a su familia y las presuma con el mundo, la obscuridad se vuelve normal ya que ser la sombra ESTA BIEN… suena horrible pero así es. Ellas, al menos por una temporada, están a gusto con el tiempo de sobra que su enamorado les quiera dedicar y sobrevaloran los pequeños detalles (que les envíen unas flores por ejemplo si no las han atendido en días, para mantenerlas tranquilas)… aunque quiero recalcar que la mayoría en el fondo sufren porque saben que NO lo tienen y sueñan ansiosas con el día en que sean solo de ellas y bajo esa premisa se mueven, ése es su motor del día a día, la esperanza de que algún día el amable sujeto llegará a decir “Listo, dejé todo, ahora solo seremos tú y yo”.
Y a estas chicas entonces ¿Hay que odiarlas? ¿Crucificarlas? ¿Arrojarles piedras?... mejor tomemos una postura más ecuánime, aquí nadie es perfecto y todos somos expertos en las relaciones de los demás ¿y las nuestras?, ¡pum!

 El jueves le seguimos…

martes, 9 de septiembre de 2014

Y Después de Una Larga Relación, Volver a Salir Con Alguien ¿Flojera, Miedo e Ilusión?

Era una fría tarde de enero y en mi consulta terapéutica le dije a mi psicóloga con reclamo: “Pero, yo ya había vivido un duelo amoroso antes, ¿otra vez?”… a lo que me respondió con un comentario más helado que el aire de afuera “¿Y quién te dijo que éste es el último?”… Me quedé en un triste shock de realidad, pero después acepté que tenía razón, no estaba exenta de vivir el desamor una, dos o tres veces, y lo que era peor, era probable que ése corazón roto al que comenzaba a enfrentarme ni siquiera sería el último. Dada esa conclusión no pude evitar preguntarme “¿Entonces qué va a pasarme? ¿Volveré a enamorarme? ¿Para qué? ¿Me volverán a lastimar? ¿Volveré a llorar por alguien? ¿Cuál es el sentido de eso?
 
A la gran mayoría de nosotros nos han roto el corazón más de una vez, de hecho es una extrema minoría las que solo le lloraron a una persona (o ninguna) en lo que llevan de vida. Al menos a mis amigas de la Universidad: Eddna, Dennise, Mayela y Pilar les conté dos o tres, y otra más suertuda como Daniela me parece lleva uno, así que si por alguna razón estás pasando por un el llanto de un desamor reciente, sábete de entrada que: 1. No eres el único y 2. Quizás ni siquiera sea el último. La probabilidad de que volvamos a repetir noches de alma en pena en casa de una amiga es tan variada como la misma suerte de una rifa, aunque podremos bajar el riesgo eligiendo con más sabiduría (que se supone que eso lo aprendemos con el tiempo y con las relaciones fallidas).
¿Por qué nos da flojera? Porque simplemente el cambio y salirnos de nuestra zona de confort es molesto, incómodo y la incertidumbre nos mata, nos da miedo… frases como ¿y si no sale bien otra vez? Nos atacan en todo momento y como lo he mencionado antes, referimos hasta de más, nuestra base de datos se llena de experiencias y ya nos andamos con más cuidado, lo cual es bueno, pero buscar un equilibrio entre la magia y la realidad es parte de la clave.
 
A todos nos da miedo el cambio y luego de una relación de 3, 5, 7 años (¡o más!) la sensación de reestructurar todo lo que conocíamos antes y volver a empezar ¡es aterradora!.. Decimos con coraje “¡Tantos años desperdiciados!” “¿Volver a empezar con alguien?” “¿Volver a invertirle otros tantos años a alguien?” “¿Para qué?” Hemos vivido transes complicadas de duelo, nos dimos a la tarea de vivir el proceso de soledad y de pronto vemos inconcebible volverle a confiar a alguien nuestro lastimado corazón, pero por algo dicen que la verdadera felicidad y la verdadera vida comienza donde termina nuestra zona de confort, y “el que no arriesga no gana”.
En varias ocasiones me dije a mi misma la expresión “¡qué flojera!” cuando pensé en volver a tener citas, conocer sujetos agradables y todo el folclor de nuevas familias, nuevos amigos y nuevas costumbres; luego de una relación prolongada da pereza y miedo comenzar de cero, pero más que verlo como algo extenuante, recomendaría verlo con la siguiente frase:
¡La vida te está dando otra oportunidad de hacer las cosas mejor que la anterior!, te está dando la oportunidad de volver a vivir el enamoramiento... y todas sus cursilerías.
Ya lo debemos saber para nuestra edad, en esta vida muy pocas cosas son para siempre (si no es que ninguna), y si vas a dedicarle otros 3, 5, 7 años (o más) a resguardar tu corazón para que no te vayan a volver a lastimar, estás condenándote a una vida liderada por el miedo y no solo habrás “perdido” los 5 años de tu relación, sino 7, 8, 10 por los otros tantos que le dediques a guardar luto poniéndote tu moñito negro cada mañana que te vistes para salir a la calle… ¡Quítatelo!
 
 

No hay garantías, las relaciones son complejas y siempre van a fallar de algún modo, pero que esa ilusión de secundaria no se pierda, súmale la realidad y experiencia que ya ganaste mientras estabas en el campo de batalla, haz bien las cosas… y ¡a disfrútalo!



Porque quizás ésa es la clave, pensar que ésta es la buena y que ésta vez… Sí será diferente.
 

Laura Franco

martes, 2 de septiembre de 2014

La EX Familia Política: El sano mundo de NO mantenerse en contacto

Ya sabemos que no es buena idea (en la gran mayoría de los casos) mantenerse de amigo del (o la) ex, pero ¿qué sucede con el resto de las personitas que rodearon tu bonita relación?... los contactos de trabajo, los amigos que hicieron juntos y claro, su familia.
 
Roberto era un hombre frío, altanero y un poco patán, pero era el novio de mi hermana hace varios años y aunque su forma de ser era más pesada que una subida en bicicleta a lo alto de una colina, un día me dijo una frase que jamás olvidaré: “Yo termino contigo y termino con todos los tuyos, me apena mucho pero así es”… y así fue, cuando terminó con mi hermana jamás volvimos a saber de él… ¿Es esa la forma correcta de cerrar con toda una familia? ¿A dónde va todo el compañerismo, amor y cariño que se tenían? ¿Es sano seguir en contacto con la familia de tu ex? ¿Qué hacer si ellos quieren seguir en contacto contigo?
Janeth, Ame y Rosy eran las mujeres más maravillosas que había conocido a mis 17 años, me trabatan excepcionalmente (a pesar de mi difícil carácter) y en verdad llegué a apreciarlas, para mi desgracia eran las hermanas y la madre del “amor de mi vida” y cuando todo terminó tuve que despedirme de ellas también, pero no fue sencillo ya que por meses me hice creer que podría ser amiga de Janeth (después de todo ¿por qué debía perderla a ella también? ¡Ella era mi amiga!), hasta que un buen día vi cómo toda la vida de mi exnovio avanzaba sin mí, y cada foto que subían a las redes sociales de familia feliz y unida me hacían sentir más y más triste de ya no formar parte de ellos. Decidí que era hora de cortar por lo sano, ¡me seguían atando a mi pasado!.. Ya que todos avanzaban menos yo.
 
Suficientes años después tuve la bendición de una lindísima familia política, todos maravillosos y excepcionales. Sin embargo un buen día todo se viene abajo con mi matrimonio y cuando apenas entraba en el shock del divorcio, caí en cuenta que también me iba a divorciar de todo el mundo que conocía. Fue un proceso bastante duro y lloramos mucho al despedirnos, pero gracias a mi previa experiencia de la pequeña Janeth, sabía que, con el dolor de mi corazón, debía hacer lo mismo con ellos, y a pesar de haber compartido una hermosa historia familiar, había que cerrarla… ¿por qué?, comparto mis 3 puntos:
1.       Momento de soltar: Existe una etapa en la que tienes que soltar todo lo que te ate a tu pasado, TODO. Necesitas dar pasos firmes hacia adelante ya que en un proceso de duelo es tremendamente fácil retroceder. La distancia es NECESARIA (aunque sea en un inicio) para salir adelante.
 
2.       Nostalgia gratis: Te recordarán en cada momento la vida que tenías y cómo ésta avanza sin ti. Vacaciones y reuniones familiares a las que tu ibas y ahora ya no, festejos que ya no participas, todo... además de claro, te van a recordar por siempre a tu ex y puede que en una plática hagan mención de él y lo que está haciendo de su vida, cosa que NO necesitas saber hoy por hoy.
 
3.       Ya no eres nada de ellos: Imagina la escena de tú intentando mantenerte en contacto con tu ex familia política y en la misma sala de su casa, la nueva pareja,… ¿Quién sobra ahí?... ¡TU!
 
No olvidas a esas maravillosas personas nunca, aprendes a llevarlas hermosamente en tu corazón y no hay día que no les desees la mayor felicidad del mundo, pero por el bien de que todos avancen en el proceso de duelo, lo mejor es la sana distancia.
En estos casos yo considero que pasado suficiente tiempo (años de preferencia), es posible que mantengas un contacto ligero con ellos (los tengas en Facebook por ejemplo) pero sí se requiere de un suficiente y bien prolongado período para que todos sanen.
 Lo único que importa es que TU te recuperes... olvídate de los demás
Laura Franco

Enamórate de un Valiente

  Teníamos solo un mes juntos pero eso no era impedimento para las palabras, las promesas, las ideas, los sueños y las ilusiones. Me habí...