martes, 30 de septiembre de 2014

¿Qué Tanto Lo Quieres?... El Camino Para Cumplir Un Sueño No Es Dormido


Le llamé a mi madre llorando una noche, habían incrementado el costo del mantenimiento del edificio donde vivía y apenas y tenía para pagar la mensualidad del lugar que había logrado quedarme después de la disolución de bienes de mi divorcio, ya que el juzgado no me regaló la vivienda, sólo me cedió los derechos y me obligó obviamente a seguirla pagando. Casi la perdía en el proceso legal, pero ganarla no era solo tener donde vivir, era ser 100% responsable de una deuda que se había adquirido en conjunto. Pero ésa noche en específico lloré porque sentí el peso de las miles de responsabilidades en mis hombros. Un día era una joven princesa con un vestido blanco y con sueños de vivir felizmente bajo el techo y resguardo de un amable príncipe, y al siguiente era solo yo, en un castillo propiedad del Sr. INFONAVIT y ni él ni sus aliados CFE, GAS NATURAL y CABLEVISION me perdonaban ninguna mensualidad, pero ésa era la consecuencia de mis decisiones, ¡de todas ellas! Y si quería lograr salir adelante de esa situación, debía trabajar más de lo que nunca antes lo había hecho, sin embargo cuando estas deprimido todo eso se te olvida por completo y te lanzas al llanto y las recriminaciones eclesiásticas de “¿¡Por qué a mí?!”

Terminé la llamada y recibí un mensaje de Adrián, estaba tan desesperada que le comenté cómo me sentía, a lo que me compartió un video que me cambió la perspectiva de mi problema y me hizo recordar quién era (ver video aquí). Hablaba del éxito en la vida y cómo la única forma en la que de verdad vas por él, es cuando desesperadamente lo quieres y cuando no existe nada más en todo el mundo que desees más que eso; emprender tu negocio, llegar a un puesto específico en tu trabajo, lograr una meta,… la pregunta era “¿qué tanto lo quieres?Recordé que varios meses atrás le había dicho a mi hermano la conocida frase de guerra "Prefiero morir de pie que vivir arrodillado", y yo por “morir” me refería a tener que luchar día tras día y hasta el cansancio, para salir adelante, así tuviera que pasar días muy difíciles económicamente, pero era lograrlo sí o sí, porque en ese entonces, era todo lo que quería, salir adelante, y realmente lo quería con todas mis fuerzas. Pasadas las semanas y los meses, me encontré con que no iba a ser sencillo, había que trabajar muchísimo más que antes y como nunca... pero la pregunta seguía siendo ¿qué tanto quieres lograr salir de esto?

Esto nos sucede a varias personas y en muchos aspectos de nuestras vidas; aquel examen, aquel trabajo, aquel proyecto... tantos retos que tenemos enfrente y tan tremendamente fácil que es rendirse porque es difícil, porque vamos a tener que trabajar tanto en ello, y ¡que sencillo es renunciar y culpar a otras cosas por ese fracaso!

Octavio lo puso en una frase que todos conocemos pero que no estamos conscientes de lo que en realidad implica: “TODO TIENE UN PRECIO y no todos están dispuestos a pagarlo. Si lo que quieres es lograr algo que jamás has logrado, obviamente vas a necesitar hacer algo que jamás hayas hecho. Suena fácil, lo leemos en todos lados pero ¿en realidad somos conscientes de ello?

Si alguna vez pensaste en que tenías una gran idea, la que sea, una meta, esta NO va a suceder por sí sola, tienes que estar dispuesto a que te va a costar y que vas a tener que pelear contra el tremendamente fácil deseo de rendirse.

Todos decimos que queremos tener éxito, pero ¿lo queremos realmente?... Cuando quieres algo, cuando de verdad lo quieres, estas dispuesto a todo, a dejarlo todo, a pagarlo todo, porque implicará un sacrificio muy grande y para lograr lo que quieres debes estar dispuesto a hacer sacrificios en cualquier momento y lo que sea que implique para dejar de ser lo que eres y convertirte en lo que quieres ser. Yo tuve que sacrificar ideas, sueños, dinero, estatus, posición social, lujos, sustento, familia, amigos, paradigmas, todo para poder buscar lo que quería ser… y aun me falta mucho más. 

Nos cansamos y renunciamos, nos cansamos y lloramos. Nos tiramos al suelo a llorar y duramos MESES o AÑOS atrapados en un dolor. En las relaciones es así, nos lastiman, nos fallan, fallamos y nos echamos al suelo a llorar… pero no llores y te rindas, ¡llora y párate!, sigue adelante. Ya te pegaron, ya te dolió, ya te lastimaron, ¡haz que valga la pena ese sufrimiento!

La gente que se anima a poner un negocio sabe de lo que hablo con los sacrificios, todo lo que inviertes, no duermes, no descansas, y no te sale, y te asaltan o te extorsionan, o tu competencia te sabotea, o tu socio te abandona y se roba tus ideas y tus clientes. Miles de cosas a las que uno tiene que enfrentarse y de verdad es tremendamente fácil rendirse. Una de las personas que más quiero  me preguntó “¿Y si CADA MARTES no funciona?”… La respuesta es “¡Sí va a funcionar!, ¡porque yo voy a hacer que funcione!, porque yo no voy a dormir para que funcione. Porque mi hermana no se rindió cuando la estafaron, porque ni mi abuelo ni mis tíos se rindieron cuando pasó la última crisis, porque mi prima creyó en su proyecto de academia de danza cuando sobró quien le dijo que NO iba a funcionar y hoy es de las mejores de la ciudad.

Hay que fallar, fallar mil veces, e intentarlo dos mil veces más…  hay que saber sentir el dolor y que aun así vuelvas por mas, y vuelvas por mas, y vuelvas por más, porque no vas a rendirte, porque no es el final, porque llegar a donde quieres va a costarte muchísimo más de lo que crees, y la gente renuncia porque no se quién les dijo que iba a ser fácil, y cuando se dan cuenta que no lo es, empezamos con frases de: “ya no voy me voy a enamorar“ya no voy a aplicar para ese puesto” “ya no voy a estudiar esa carrera porque no pasé el examen de admisión” “no vendí lo suficiente de mi negocio de repostería, mejor lo dejo” … y el mío: “no volveré a casarme ni a planear familia con nadie”… ¡eso es ser cobarde!... El final del dolor es el éxito, ¡pero nos da miedo volver a fracasar! Y por eso no lo intentamos, porque duele, y por lo tanto ¡estamos renunciando al éxito! 

Y no solo renunciamos sino que incluso CULPAMOS a todo a nuestro al rededor de ése fracaso. "mi familia no me apoyó" "es que no me enseñaron cómo hacer eso" "no tuve una buena capacitación" "el maestro se ensañó conmigo" "tengo mala suerte en el amor"... Bullshit!, uno solo se sabotea, por eso no cualquiera logra llegar a su meta... Si nadie te apoya ¡para eso tienes manos!, si nadie te enseña ¡para eso tienes capacidad!... ¡aprende tu! ¡ponte a trabajar tu!... ¿mala suerte en el amor? no es culpa de tus terribles ex-novios que parecen clones y que todos los podridos te tocan a ti, ¡estás eligiendo mal y los estas eligiendo TU!... pero es mas fácil decir "me salió (inserte aquí la cualidad: borracho, mujeriego, flojo)" y cerrar con "ni modo", y claro QUEJARSE AL RESPECTO por años con todo el mundo... ¡Haz algo!... si no es lo que quieres entonces HAZ ALGO... Todos queremos ser felices pero a veces somos unos perfectos COBARDES y culpamos a la pareja, al jefe, al maestro, a nuestros padres y algunos hasta al gobierno por NUESTRA INFELICIDAD, por NUESTRO FRACASO, por NUESTRA FALTA DE ÉXITO. 

Entonces ¿cuándo vas a tener éxito en el trabajo/amor/familia?... la respuesta es que será cuando de verdad y realmente lo quieras.

Tuve la fortuna de conocer la historia de Luis la semana pasada, y coincidimos que cuando vives una crisis complicada lo único que quieres es RESPIRAR, porque literal es como estarse ahogando debajo del agua, no te importa lo demás, no te importan la gente, no te importa el dinero, ni si te bañaste o si no has comido, no, lo único que te importa es tener un poco de aire, porque en crisis hasta respirar pesa y bastante. Y es ahí donde sacas la fuerza, por eso solemos tener una habilidad tremenda para salir adelante precisamente en esos momentos, ya que es cuando realmente nos ponen a prueba el repertorio de habilidades con las que contamos… y lo mas divertido es que luego te acuerdas y no sabes cómo lo lograste o cómo le hacías para mantener el equilibrio al caminar mientras tenías a ese familiar enfermo, mientras no tenías trabajo, mientras tenías deudas, mientras tenías el corazón destrozado.

Si cuando estas ahogándote lo único que quieres es respirar, entonces cuando quieras tener éxito tanto como respirar, es cuando lo vas a lograr.

Lo sueños no se vuelven realidad con magia. Es determinación, sudor y trabajo duro… y comienza con la decisión de intentarlo.   

Laura Franco

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Enamórate de un Valiente

  Teníamos solo un mes juntos pero eso no era impedimento para las palabras, las promesas, las ideas, los sueños y las ilusiones. Me habí...