martes, 24 de marzo de 2015

Todos Tenemos Una Estela

 Cuando estaba en mis primeros semestres de la universidad mi padre me compró un auto modelo 1992, el cual fue mi medio de transporte casi toda la carrera. En aquellos años no todos mis compañeros tenían auto, así que un día después de clases me llevé a un grupo grande de amigos a un centro comercial cercano, pero las comunes distracciones que existen al conducir cuando eres menor de edad, se hacen más presentes cuando van todos tus amigos haciendo escándalo en la parte trasera del auto, y mientras eso sucedía, unos topes muy altos y en forma de cilindro se atravesaron en mi camino y la parte de abajo del motor se dañó considerablemente, ¿cómo me di cuenta?... por el caminito de aceite que dejé en el estacionamiento del lugar y por el cual los vigilantes de la zona dieron conmigo para "multarme" por haber ensuciado varios metros del lugar. No pude huir, el camino que dejé me delataba... había dejado una "estela" de aceite por un error mío, que me costó un regaño considerablemente fuerte de mi padre.

Muchos años mas tarde y cuando me encontraba en días de trámites legales, una mañana un compañero de trabajo llamado Carlos fue a mi lugar a tener una breve conversación laboral que más tarde se convirtió en una interesante plática de ex parejas lastimosas. Él me contó de una ex novia que tuvo con la cual las cosas terminaron mal y acabó con el corazón roto, y de paso, yo le platiqué mi caso de aquellos días, a lo que él simplemente cerró nuestra triste conversación con: "Todos tenemos una estela". Ése día volví a casa con la frase retumbando en mi cabeza y después de hacer un poco de remembranza con mi propia historia, entendí lo que Carlos intentaba decir aquella mañana. 

Hace varios años empecé una relación con un apuesto joven en la universidad que parecía tenerlo todo: atractivo, inteligencia, decisión y grandes planes para el futuro... Pero por alguna razón siempre se alejaba de mi para tomar llamadas de sus "ex novias locas" (como él las llamaba) porque algunas seguían reclamándole algo inconcluso de su pasada relación. Yo estaba muy enamorada de él así que le creí que sus ex estaban psicóticas y que él era un inocente incomprendido que había logrado zafarse a tiempo de semejantes arpías abusivas. Sin embargo cuando empecé a entrar más en su vida fui encontrando correos o mensajes de ellas en las que reclamaban infidelidades y maltratos, hechos que él aceptó y dijo que simplemente habían sido errores del pasado, así que yo era la afortunada novia que ahora lo tenía. No pasó mucho tiempo cuando yo me convertí en la nueva víctima y la relación acabó, y poco tiempo después lo volví a ver con una nueva conquista, a lo que yo no pude evitar pensar: "¿seré ahora yo la ex novia loca y psicótica?"... Es probable que esa persona cuente con una lista negra de parejas/amistades lastimadas, y entonces retomando la analogía de Carlos, ¿su estela estará compuesta de un fuego que quema todo a su paso?... Seguramente ya recordaste a alguien así... Pero no es la intención principal identificarlos a ellos (aunque nos es útil para tomar distancia), sino es muy importante que también nosotros nos cuestionemos: "¿de qué está hecha nuestra estela?".

Todos somos de alguna forma protagonistas de nuestra propia historia, pero no todo en la vida se trata de nuestra película, ya que al mismo tiempo somos actores secundarios en las obras teatrales de los demás, y nuestra participación, breve, larga, de un día o 10 años, tiene un efecto en las personas y en sus vidas, así como de ellos en las nuestras, es por eso que hay gente que recordamos con una sonrisa y hay otros tantos que... solo los recordamos pero no queremos volver a saber de ellos, y eso en su mayoría se debe a que dejaron una huella sucia en nuestro camino, y a pesar de que con los años podemos aplicar el inteligente "perdón", preferimos no vuelvan a tocarnos.

Mientras más crecemos obviamente tocamos más vidas, conocemos a más personas, tenemos más gente en nuestro repertorio de historias y a su vez, nosotros participamos en la vida de más gente cada día, y como dijo Carlos aquella mañana: "todos tenemos una estela" y esa estela nuestra que con cada día que pasa es más larga, no es más que el camino que vamos dejando y las vidas que vamos tocando a nuestro paso y la huella que dejamos en todos ellos. Es verdad que somos personas que podemos herir incluso sin intención a alguien y no estamos exentos de cometer errores que dañen a más de uno, pero hay que llegar a un punto consciente de maduración en el que decidimos de qué estará hecha nuestra estela, qué compone nuestro camino, con qué recuerdo queremos quedarnos en la vida de los demás, ya que, como decía mi madre: "La vida da muchas vueltas", y esa estela sucia o limpia, tarde que temprano nos va a tocar verla de frente y ¿nos va a gustar?...

Aunque una estela sucia no sea algo de lo que nos podemos esconder, como me sucedió con mi incidente del aceite de motor por todo el estacionamiento del centro comercial, mientras haya vida, hay tiempo de bajarse del auto, arreglar esa fuga y decidir dejar de hacer un desastre en todos lados... y aunque no podemos volver atrás para limpiar por completo nuestra catástrofe, nunca es tarde para retomar el camino y transformar nuestro futuro.

Laura Franco

martes, 17 de marzo de 2015

¿Por qué a mi?

No soy considerada la mujer mas religiosa del mundo, y puedo decir que tengo algo de tiempo sin ir a la iglesia, sin embargo mis creencias (como a muchos les sucede) suelen tener curvas acorde a la situación por la que esté pasando en ese momento. Recuerdo que en mis momentos más difíciles hice incluso algo así como un altar con imágenes religiosas al cual yo iba y rezaba en las madrugadas cuando me era imposible conciliar el sueño (que eran casi todas las noches). Coloqué un reloj que me dio mi abuela antes de morir, una imagen de San Judas Tadeo que alguien me regaló, otra figura de un nacimiento que una tía me entregó como regalo de navidad, entre otras 6 o 7 cosas más, todas en un solo lugar y todas con el único propósito de recibir mi pregunta de cada noche: ¿POR QUÉ A MI?

No es novedad si me conoces o me has leído desde hace algunos meses; me estaba divorciando y si has pasado por esto sabes de lo que hablo cuando digo que es uno de los momentos mas duros a los que puede enfrentarse alguien... aunque obviamente no es el único, todos nos hemos enfrentado en distintas etapas de nuestra vida (y las que nos faltan) a situaciones que nos han orillado a la dura reprimenda a Dios y sus aliados, y la verdad es algo muy común, aceptable y hasta justo ya que el nivel de estrés/dolor/angustia que vivimos en aquellos momentos suele superar la barrera de lo que hasta entonces conocíamos como posiblemente manejable y nos desbordan las emociones. EL PROBLEMA PARECE SER MAS GRANDE QUE NOSOTROS, y ante la falta de explicación, simplemente gritamos con lágrimas en los ojos: ¿POR QUE A MI?

Podríamos dar una explicación eclesiástica de "Dios sabe por qué hace las cosas" en este tipo de casos, pero si eres tu quien está bajo la regadera llorando tu pena, tu y yo sabemos que no siempre esto nos hará sentir mejor (si eres de los que sí les funciona, ¡excelente!, defiendo la idea de que cada quien debe apegarse a lo que le de paz y tranquilidad). Una locutora de radio (la cual olvidé su nombre) dijo alguna vez que cuando nos preguntemos "¿por qué a mi?" la respuesta debería ser: "¿y por qué no?", ya que ninguno de nosotros esta a salvo de sufrir ninguna desgracia por el simple hecho de ser humanos susceptibles y que mañana puede ser a tu vecina quien sufra una desgracia... pero este enfoque tampoco me ayudó mucho.
  
Si eres como yo y descartamos los dos anteriores "analgésicos" ante la creciente duda de "¿POR QUE A MI?"... vamos a complementar entonces con uno que escuché en un video del conductor Marco Antonio Regil, del cual me apoyé para darle forma a lo siguiente:

¿POR QUE A MI? es, en efecto, la pregunta correcta a hacernos en una situación critica, pero no está completa, es necesario agregarle todo lo que tu situación engloba, tanto las cosas buenas como las cosas malas y quizás tome otro sentido. Vamos a decirlo en mi ejemplo:

Estaba yo en medio de una situación de divorcio, pero eso no era todo lo que yo era, también era joven, con una carrera, no tenía hijos, tenía un empleo, no estaba enferma, sentía la incansable necesidad de escribir y por alguna razón el mismo Dios al que yo le había recriminado mi situación, me había dado de alguna forma todo lo anterior y poco a poco también tuve el regalo de ser leída por 1,000 personas. Entonces mi situación y mi pregunta de "¿Por qué estoy pasando por esto?", no estaba completa del todo, faltaba agregarle:

-¿Por qué tengo una carrera en Psicología?
-¿Por qué no tuve hijos?
-¿Por qué tenía un buen empleo?
-¿Por qué tenía la fortuna de ser alguien que de alguna manera influía en poquitas o muchas personas?

Juntando todo lo anterior, quizás la respuesta tomaría un poco más de sentido (un poco espiritual): YO TENÍA UN PROPOSITO... y todo lo que estaba viviendo también lo tenía, y entonces vi que tal vez mi propósito era usar lo que yo había aprendido para guiar a quien fuera que necesitara de un consejo, una palabra o simplemente un oído. Tenía el regalo de atravesar una etapa complicada y tenía el regalo de ser leída, entonces quizás la respuesta era esa. 


Cuando entras en esa etapa de dudas y sufrimientos ante un acontecimiento difícil, y luego de que hayas llorado un largo rato y tomes de nuevo un poco de aire, da dos pasos para atrás y observa el panorama completo de tu situación. ¿Eres solo una mujer sola? ¿Eres solo una persona que está lidiando con un embarazo no planeado? ¿Eres solo una persona ante una crisis económica?... o ¿hay algo mas que hayas perdido de vista?... No nos enfrentamos a una situación difícil solo por que si, primero, es una consecuencia de algo que pudo haber sido o no, nuestra decisión, y segundo, hay una misión en esa situación... HAY UN ¿PARA QUÉ? 

Tal vez la palabra "misión" o "propósito" te parezcan cursis, pero la verdad detrás de esta forma de pensar consta simplemente ver las cosas desde el enfoque COMPLETO de tu situación y éste te va a ayudar a motivarte para transformar una realidad complicada en un increíblemente gran reto a ser un ejemplo de vida para tu familia, para tus amigos, para tus hijos, PARA TI.

Sé de primera mano que duele mucho pasar por una mala racha y que hasta el aire mas ligero nos pesa, pero la próxima vez que te desmoralices y llores frente al espejo del baño, mójate la cara, toma aire, vuelve a mirar al espejo y así, con los ojos rojos vuelve a la pregunta: "¿Por qué a mi?... Por que hay algo muy importante que tengo que hacer con esto, Y ESTA ES MI OPORTUNIDAD DE TRANSFORMARLO TODO".

"Se te dio esta vida porque eres lo suficientemente fuerte para vivirla".

martes, 10 de marzo de 2015

Ganadores con Ganadores... y Perdedores con Perdedores


Hace ya algunos años ingresé a una compañía de la industria de ingeniería, un campo totalmente desconocido para mi pero en él tuve la oportunidad de conocer a, sin duda alguna, una de las personas mas influyentes en mi vida: Mi jefe. Un hombre obviamente mas grande que yo de edad y con una capacidad intelectual que a todos nos hacia sentir incultos y lentos. Al principio me regañaba todo el tiempo y me pedía hacer cosas que en toda mi vida pensé que haría. No entendía una sola palabra de lo que me decía, yo era una Psicóloga en un mundo de Ingenieros... haber puesto a mi perra Katy hubiera sido igual de eficiente. Recuerdo que lloraba muchas veces cuando me estresaba y comencé a desmayarme cuando en mi vida lo había padecido, pero después de en secreto soltar alguna que otra palabra de rencor y odio como todos lo hemos hecho hacia nuestros superiores, y luego de tardes de llanto y ver cómo me tenía paciencia (cuando yo juré que iba a despedirme), un día me dijo "Usted es la mejor asistente que he tenido", pensé "¿Estará enfermo?", yo no me consideraba tan buena, apenas sabía multiplicar (en Psicología nunca vimos un solo número) y él me tenía haciendo presupuestos de 6 cifras, pero mientras más me decía que yo era muy buena, más me daba vergüenza no serlo, y así me esforzaba más y más y más... me tomó meses entender su estrategia: él me estaba empujando, me estaba presionando y lo peor de todo, ¡estaba creyendo en mi!... Yo pensaba "Cómo una persona tan inteligente, tan triunfadora, tan admirada por todos... ¿podía creer que yo era muy buena?"... Pero, eso es lo que hace la gente realmente grande: NOS PRESIONAN PARA QUE SEAMOS GRANDES.

Vuelve a tu adolescencia y recuerda a tus padres regañándote por que no querías esforzarte en la escuela o a los profesores porque no hiciste algún proyecto, seguramente en esos años creemos que todos son unos sujetos amargados y que solo desean desquitar sus sueños frustrados contra nosotros, unos inocentes jóvenes que solo debemos dedicarnos a disfrutar la vida, pero no... en realidad intentaban, mediante empujones y golpes a nuestro flojo estilo de vida, presionarnos para que fuéramos más y más grandes en nuestra vida.

Lo ideal es que todos aprendamos a distinguir este tipo de cosas y mientras mas temprano lo hagamos, ¡mejor!... ¿Qué sucede con las personas que no captan este mensaje?... Todos conocemos al adulto que tiene envidia por que su compañero fue ascendido antes que él, y empiezan los rumores de "¿quién sabe qué favor habrá hecho para lograr el asenso?"... y se convierten en adultos arrogantes, gente que no le gusta que le digan qué hacer, sin iniciativa y secretamente se sienten perdedores, y lo peor de todo,... lo son.

Con el tiempo aprendí a distinguir la mentalidad ganadora de la mentalidad perdedora, y de paso a la gente ganadora de la gente perdedora (y ojo que esto no tiene que ver con dinero). La gente ganadora es exitosa y dispuesta a ayudar, la gente perdedora lo quiere todo fácil, se molesta si le dan una orden, se molesta por quedarse a trabajar hasta tarde o pide que le paguen horas extra porque se extendió una hora más, la gente perdedora se enfoca en el dinero mas que en el desarrollo y crecimiento,... El valor de su trabajo está focalizado a lo material y no al del aprendizaje, por eso se molestan cuando alguien los corrige. La gente perdedora es conformista y protesta ante todo pero sin proponer una solución, o proponen una solución en donde les involucre a ellos el menor esfuerzo y la mayor retribución, donde no tengan que batallar tanto... Esa es la mentalidad perdedora, esa es la mentalidad del flojo estereotipo del mexicano en donde lo mejor de todo es que te paguen mucho sin hacer tanto, y aprender y desarrollarse, pasa a ser lo menos importante... seguro ya te acordaste de alguien.

Mi jefe el día de la posada navideña se sentó en la mesa con los operarios mientras yo buscaba mi lugar en la asignada para el nivel mas alto de la compañía sin siquiera saludar a los demás, ¿cómo podía yo ser arrogante si la verdad no era nadie ni tenía nada, comparada con mi jefe?... y esa fue una de tantas ocasiones en las que poco a poco, me he ido aprendiendo su manera de hacer las cosas y de, a pesar de ser una persona exitosa, estar lleno de humildad.

Ahora, entonces con esto me parece bastante evidente la influencia que tiene este tipo de gente en nuestra vida, y ¿No sería mas lógico adherirnos a ellos y buscar que se nos pegue algo en lugar de tenerles envidia y secretamente quemar su integridad?, ¿Porqué preferiríamos a nuestro grupo de "conocidos" que no se dedican a nada en lugar de a este tipo de personas?... Hay un dicho que dice "El que con lobos anda, a aullar se enseña", pero en el círculo mediocre defendemos que esto no es así porque "Mis amigos tendrán sus mañas y yo las mías".... Pero ¡sorpresa!, las malas costumbres, así tengas una fuerza de voluntad increíble, SI SE PEGAN, así también las buenas. 

"Lo mejor que puedes hacer para ser un ganador es rodearte de gente que están contando con que tú vas a ser el mejor, que vas a triunfar, porque te van a presionar para que lo hagas y te van a obligar a alcanzarlos, a tener miedo de no lograrlo" mencionó Kim Kiyosaki en uno de sus discursos de "La Psicología de Ganar", pero es muy cómodo estar en un círculo en donde no nos presionan ¿cierto?, donde no nos retan a ser mejores, a esforzarnos más, donde vemos que están peor que uno y decimos: "Ah, entonces yo no estoy tan mal".... En este tipo de casos suena bastante mal compararse con alguien que ha logrado menos que tu, ¡compárate con los de arriba y proponte a alcanzarlos! y deja de criticarlos porque han logrado mas que tu, la mayoría se ha esforzado mucho más que tu.

Mi jefe ha sido de mis mejores maestros en el desarrollo profesional, sé que es un humano que comete errores pero suelo copiar muchas de sus técnicas y formas de hacer las cosas. Si a él, el grupo en el que está de Directores le envían lecturas para debatir en sus reuniones a las cuales obviamente yo no estoy invitada, yo las leo. Si veo que tiene un libro nuevo, voy y veo cuál es,... Incluso si el me recomienda un tipo de comida saludable que ingiere, voy y la compro. De cierto modo mi lógica me dice "Admiro a este hombre, y quiero saber qué es lo que este hombre lee, estudia, piensa y trabaja para ser como es, para ser quien es". No quiero ser una copia de él, quiero mi propia identidad profesional, pero mientras voy caminando, sería muy tonta si no aprovechara lo que veo que puedo aprenderle y en lugar de eso, me sentara a criticarlo por ser tan quisquilloso y estricto como jefe y me quejara de él como mucha gente se queja de sus jefes y como incluso yo lo hice en su momento.

Mientras haya vida, hay tiempo de corregir el camino y pulir mentalidades que no nos llevan a nada. Si en tus círculos sociales predominan las mentalidades "perdedoras", evalúa realmente qué tanto daño le hacen a tu propia mentalidad y si es tan buena idea que los mantengas tan cerca. Mejor identifica a la gente que admiras y que está en alguna posición que a ti te gustaría estar en el futuro cercano/lejano, ve hacia esos círculos de ganadores y rétate a ti mismo a pertenecer a ese tipo de grupos y no solo a ser como ellos, sino ¿por qué no?... a ser mucho mejor.

Siempre es preferible rodearse de gente más lista y fuerte que uno mismo. Hay mucho más que aprenderles que criticarles.

martes, 3 de marzo de 2015

Perdonar a quien NO lo merece... ¿Es posible?

Casi era el día de las madres, un cálido viernes a mediodía se llevó a cabo la cita que tanto esperé y a la vez no sabía si estaba lista para ella... pero no había vuelta atrás, mi abogado Antonio y yo esperábamos solo que llegara Alan para entrar al recinto, y entonces, al cruzar esas puertas de color cafe, vi el pasillo que llevaba al fin de todo. Al frente, un estrado, un juez y mi lugar asignado, y a mi izquierda, como no mucho tiempo atrás, estaba mi futuro ex esposo... y solo así, empezó el juicio oral en un lugar que irónicamente es bastante parecido a una iglesia. Supongo que nadie realmente te dice cómo vas a vivir ciertos tipos de momentos en tu vida, en especial los difíciles, pero de alguna manera al estar frente a ellos, es cuando realmente te das cuenta de qué estas hecho y cómo utilizar el repertorio de armamento del que te proveyeron tus padres o tus mismos círculos sociales. Algunos enfrentan separaciones, otros enfermedades, y unos más hasta la misma muerte... Pero mientras el evento daba su inicio, por mi cabeza retumbaba lo que mi buen amigo Zavala me advirtió: "Vas a ver a pasar tu vida en pareja justo frente a tus ojos", y mientras estos desfilaban en mi mente, una gran pregunta los ahogó a todos: ¿Realmente seré capaz algún día de perdonar esto?, ¿Es posible perdonar la traición de un ser querido?

Bien decía uno de los libros de mi biblioteca que en muchas ocasiones, quienes nos dan la puñalada por la espalda más dolorosa de nuestra vida, es precisamente la gente que más cerca está o en quienes más confiamos. Conozco con tristeza casos de traición de todo tipo entre hermanos, padres, hijos y los que una vez creyeron tener a los amigos mas cercanos e incapaces de siquiera abusar de su confianza... pero la vida es en cierta forma así, y el abrir nuestro corazón de forma sincera a los nuestros, inevitablemente nos hace vulnerables a ellos, y habiendo tantos habitantes en este mundo, es ilógico pensar que todos serán fieles, leales y dignos de nuestro sincero aprecio. Dadas estas circunstancias, ¿Podremos perdonar realmente a una persona tan allegada a nosotros y que de pronto nos lastimó de una manera terrible?... ¿Se debe perdonar y olvidar? o ¿Perdonar pero jamás olvidar? 


La audiencia terminó 40 minutos luego de haber iniciado, y los ahora "ex's" debíamos salir juntos, solos, por el mismo pasillo que nos vio entrar. En ese camino hacia la salida que me pareció kilométrico, Alan rompió el silencio: "¿Me perdonarás algún día?", guardé silencio por varios segundos y lo único que pude decir fue que sí, pero no ése día... se requería del fantástico ingrediente que lo cura casi todo: TIEMPO.

Y es que, a mi percepción, después de una falta grave, el perdón no es algo que simplemente se da y uno hace como si nada hubiera pasado. Ante un agravio de fuerte magnitud a nuestra persona, bienestar, autoestima, nuestro aliado mas importante será el tiempo y el espacio para que nuestro lastimado SER sane, y un buen día podremos irnos desprendiendo de este sentimiento, pero ¿qué pasa con los casos en donde el rencor se asienta en nosotros y nos impide seguir adelante?... Entonces, viéndolo así, ¿No somos nosotros presos de nuestro propio rencor?

Cuando el "agresor" o "agresora" sale de nuestra vida y ya no puede herirnos, el guardarle un secreto o muy público rencor nos hace presos a nosotros mismos del daño hecho, y la famosa agresora o el terrible agresor siguen dominando nuestra vida, nuestros pasos, nuestras decisiones, nuestros sentimientos. Es posible que esta persona ya ni siquiera dé señales de su existencia en nuestro camino y jamás vuelva a molestarnos, pero dentro de nosotros sigue siendo ese enorme fantasma del pasado que es capaz de hacernos sentir las víctimas mas indefensas del mundo.

**"Perdonar no es condescender. Tampoco lo es tolerar los errores ni aceptarlos. Es un acto interno para soltar el coraje y el deseo de venganza. Tiene que ver contigo, no con el otro. Es para tu independencia y beneficio, no para la del otro
Perdonar es enfrentar los hechos. Reconocer las heridas y limpiarlas, no con el fin de olvidarlas sino de poder recordarlas sin dolor... Serás libre solo cuando dejes el papel de víctima y le quites el control de tu vida al agresor"

Es verdad, estar dentro del círculo de la victimización es hasta cómodo al culpar al otro de su traición y dejarnos caer al suelo por ello incluso por años, pero la verdad es que nadie es responsable ni de nuestro dolor ni de nuestra alegría, mas que nosotros mismos. No podremos evitar que la gente que mas queremos, un día, con o sin intención de hacerlo, nos traicione, pero en estas circunstancias vale considerar que: 

1. La acción de esa persona nos ahorrará años de amistad/relación innecesarios al quitarnos una mala compañía de encima antes de que nos haga una falta mas grande... y 

2. Que nos abre el campo de visión a nuevas formas de ver las cosas y las personas, y si aprendimos a hacerlo con inteligencia, entenderemos hasta uno de los 4 acuerdos de Miguel Ruiz: "No tomes nada personal", ya que en la medida en que alguien te quiere lastimar, la verdad es que el daño se lo hace a sí mismo, y el problema es de él o ella y no tuyo. Pero el aprisionarnos por su falta nos hace esclavos de su problema y ahí el problema también se convierte innecesaria y quizás injustamente nuestro.

Hay muchas personas que no van a merecer que se les perdone una traición, falta o agresión, sobre todo cuando lo hacen con conocimiento de causa, ventaja y dolo (vaya que sabían lo que hacían y el daño que podían causar y aun así no les importó). Pero no perdonarlos es aprisionarnos a nosotros cuando la verdad es gente que es mejor no esté cerca ni en pensamiento... y si nos es imposible desearles el bien (que es lo que la iglesia nos diría que hiciéramos), al menos valdría la pena liberarlos. 

Si te encuentras en la duda y casi imposibilidad de dejar ir ese trago amargo de la traición, el rencor y hasta el odio, primero recuerda que todo en la vida conlleva procesos, y el perdón es uno de ellos, está bien necesitar algo de tiempo para sanar. Si el tiempo ha transcurrido y aun sientes como te ahoga el coraje, te sugiero consideres mi forma de ver este tipo de hechos: Verás, todas las personas tenemos en nuestra vida diferentes capacidades para resolver conflictos y manejar situaciones, vaya que no arreglamos las cosas de la misma manera que como lo hacíamos hace 10 años, y la gente que nos hiere, simplemente está actuando o actuó en función al repertorio de habilidades, conocimientos y madurez que tenía o tiene, muy basto o muy pobre, como nos sucede a todos en nuestra vida. Y si determinas gracias a esto que su repertorio es pobre, entonces con mas razón a desearle bien porque ésa persona necesita también crecer (igual o más que tu y yo). Como dijo Jesús: "Perdónalos Señor, no saben lo que hacen".

Si te sientes lo suficientemente listo para liberarte, C. C. Sánchez sugiere el siguiente discurso imaginando a dicha persona frente a nosotros:

**"Mamá/Papá/Hermano/Amigo/Amor: Te libero de toda responsabilidad, no porque te lo hayas ganado, sino porque deseo hacerlo. Así de simple. Tengo la calidad humana que se necesita para regalarte lo que me quitaste. Aunque lo que me hiciste forma parte de mi pasado, decido recordarlo sin dolor. Estamos a mano. Quizás no lo mereces, pero te bendigo... y que Dios te perdone también de los errores que cometiste... Hoy me despido de ti y de los recuerdos tristes relacionados contigo para siempre"



**"Te Desafío a Disfrutar el Amor" Sánchez, C. C.



Enamórate de un Valiente

  Teníamos solo un mes juntos pero eso no era impedimento para las palabras, las promesas, las ideas, los sueños y las ilusiones. Me habí...