Me disponía a salir de viaje a mi tan esperada visita a la ciudad de Guadalajara una noche de martes, y mientras hacía mis maletas, mi amiga de toda la vida Janeth me llamó a la casa para tener una breve plática ya que, de otro modo, perdería mi vuelo. La puse en altavoz mientras continuaba haciendo el equipaje. "Lau, tengo que confesarle esto a alguien o moriré". No le di mucha importancia, podía ser realmente cualquier cosa... hasta que dijo: "Tuve una aventura con un compañero de la oficina". Janeth está por cumplir apenas 2 años de casada y aunque en su mayoría he ayudado a quienes sufren como víctimas del adulterio, esta ocasión me tocaba intentar orientar al victimario de la masacre a la confianza: mi amiga desde la escuela secundaria.
"No se si deba decirle algo a mi esposo, aunque sé que me odiará, no sé qué hacer, le romperé el corazón". Su pregunta me tenía en shock, más helada se quedó ella al escuchar mi consejo: "No digas nada". Casi me salió de la nada, así de pronto, sin pensarlo mucho y por impulso mi reacción inmediata fue recomendarle que NO DIJERA NADA... ¿habré yo perdido la cabeza?
Si algo tenemos que tener bastante desarrollado nosotros los Psicólogos es la tan famosa empatía, esa que es la que realmente nos da de comer, porque ponernos en el lugar de quien busca nuestra ayuda nos hace sensibilizarnos y dar las recomendaciones que, al menos, nos gustaría que nos dieran a nosotros. Y en esta ocasión, ponerme en el lugar precisamente de Jose Luis, su esposo, es el porqué dije semejante consejo el cual voy a desarrollar y el cual, sostengo, es mi muy personal punto de vista.
La mayoría de nosotros opinamos y tenemos respuestas a sucesos que no nos han pasado todavía (afortunadamente), y con una increíble seguridad sabemos exactamente qué haremos si nuestro cónyuge nos engaña, si un ladrón entra a nuestra casa o si tenemos un fuerte accidente automovilístico... pero para este tipo de situaciones de fuerte impacto, las emociones juegan un papel muy importante y solapan lo que en su momento teníamos "preparado" como una respuesta consciente. Eso quiere decir, se convierten en CONTINGENCIALES, ya que dependerán de la contingencia a la que nos enfrentemos para poder conocer realmente cómo actuaremos.
Ahora, si yo me pongo en el lugar de Jose Luis, enterarme de la infidelidad de mi esposa va a desencadenar en un suceso que NO voy a olvidar toda mi vida, y aunque todos digamos odiar la simple idea de "vivir engañados", siento decirles que en grandes aspectos de nuestra vida, vivimos así. Nuestra pareja, por mas maravillosa que sea, tiene secretos que nosotros NO sabemos, y algunos con certeza ya tuvieron un "desliz" y quizás fueron muy listos y entraron en razón dejando dicha aventura de lado y retomaron el camino en miras de una relación fructífera... que es justamente lo que quería que Janeth entendiera.
Que yo haya tenido la fortuna o la desgracia de haber sido "víctima" de una situación de adulterio quizás me dio el panorama de lo que este tipo de casos dejan en nuestras vidas en donde, quien lo haya vivido no me dejará mentir, no vuelves a dormir tranquilo por meses y sin duda va a afectar diferentes áreas de tu vida quizás para siempre, porque queramos o no, estamos formados por nuestras experiencias, sobre todo las malas. Si el "problemita" de Janeth sale a la luz, está más que claro el sufrimiento que esto dejará en Jose Luis, independientemente si él la perdona o no... y por ende, en ella también, en la relación, en las familias, amigos, etc. Es una bomba con un radio de explosión más grande del que hoy por hoy, Janeth entiende.
Mi consejo, fue simplemente lo que yo hubiera preferido en su momento, pero reconozco que es muy complicado que el "victimario" entre en razón y por su propio pie deje de lado su aventura, aunque claro que es posible. "Janeth, tienes una bomba en tus manos, prendida, y se te está terminando la mecha. Esto tiene muchas probabilidades de acabar muy mal y créeme que te va a explotar en las manos tal como le sucedió a Alan, y ahí saldrá de tu control y el daño que le hagas a Jose Luis te costará una eternidad reponerlo. Dejémonos de tonterías y entra en razón, apaga la bomba, desaste de ella, arrójala lejos, termina con esta aventura, aléjate de tu cómplice y enfócate en tu matrimonio hoy que ESTÁS A TIEMPO".
Lo ideal es que este tipo de cosas no sucedieran y que ninguno de los dos miembros de una pareja cayera en las redes de las tentaciones, pero sería querernos tapar los ojos y pretender que vivimos en un cuento de hadas. Estas cosas pasan y mucho más seguido de lo que queremos aceptar, y en algunos casos, vivimos en esa bendita ignorancia. Janeth, como muchas personas actualmente, tiene en sus manos la posibilidad de ahorrarle un dolor muy grande a su esposo y trabajar en su matrimonio.
Confesarle o no a la pareja cuando ya se cayó en adulterio realmente no tiene un peso tan importante contra la verdadera solución que es ENTRAR EN RAZON Y RETOMAR EL CAMINO. ¿Qué caso tiene confesarlo o que lo descubran si no va a entender? podrían incluso perdonarlo y si realmente no 'agarra la onda', el resultado es el mismo. La clave es y será siempre: qué hacemos con el problema que tenemos enfrente.
Jamás estaré de acuerdo con traicionar la confianza de la pareja, pero repito, ESTAS COSAS PASAN y en ocasiones, me parece que vale mucho más salvar una relación (obviamente dentro de los parámetros de respeto y compromiso entre los miembros) que conocer todas las ramificaciones, dudas, pensamientos y suposiciones que tenemos de nuestra pareja. Y si todas las parejas que tienen problemas se separaran, simplemente ya no habría ninguna.
... y al final, la confianza es siempre un acto de fe.
Laura Franco
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