martes, 14 de abril de 2015

Ser o No Ser Una Mujer Exitosa

Mi vecina Janet fue a mi casa una noche de martes dado los constantes problemas que estaba teniendo en su joven matrimonio que acaba de pasar su segundo aniversario (los terribles 2 años). Ella, con su carrera de Ingeniería, tiene un puesto de Gerente en una importante empresa manufacturera de la ciudad, y Daniel, su esposo, tiene ingresos más modestos que ella. No tienen realmente problemas económicos, pero el caso es que el hecho de que ella perciba una nómina más alta que la de él, recientemente comenzó a ser un problema de discusión entre ambos, especialmente del lado masculino: "Sería mejor que renunciaras y te dedicaras un poco más al hogar y cuidar a los niños (tienen dos muy pequeños en guarderías)" es una de las sugerencias que hace con frecuencia Daniel con un tono incluso buscando convencer a su esposa, a lo que Janet me dice "No se qué decirle, yo me esforcé mucho para llegar a esa Gerencia, y de pronto, él quiere que deje todo y me enfoque a los niños. La vez pasada, dentro de una discusión me lo volvió a decir pero en un tono más fuerte... ¿Qué esta sucediendo? Yo hago todo por no descuidar la casa, pero hace algunos días me dijo que parecía que yo no lo necesitaba".

En la situación de Janet, siendo una mujer independiente y donde casi puedo asegurar que no le echa en cara a su esposo su éxito profesional ni su ingreso, y que tampoco, hasta donde he sido testigo, ella descuida el hogar... y que a pesar de lo anterior y de que Daniel, siendo un buen empleado del área financiera de una decente compañía, ¿es posible que se sienta amenazado por un tema de roles del hogar?... y si esto fuera verdad ¿deberíamos sacrificar nuestro éxito y sueño profesional para no opacar a nuestros hombres, logrando que ellos no se sientan amenazados y continuemos felices con los roles pre-establecidos? 

En algún Cada Martes previo mencioné que la famosa cantante Katy Perry declaró que su divorcio con Russell Brand se debió a que, a sus palabras, él quería una mujer que estuviera a su altura, pero cuando la tuvo, ya no le gustó. Cuando empecé mi noviazgo hace muchos años con Alan, mi ex esposo, a él le fascinaba mi independencia y mi visión de un futuro ambicioso. Se enorgullecía al decirle a todos lo inteligente que yo era a sus ojos y que, de no ser por mi administración financiera, no tendríamos nada. Unos meses más tarde durante el divorcio me reclamó casi a gritos que todo esto se había venido abajo por una razón: "TU NO ME NECESITAS... y Rebeca (su entonces amante) SI"... ¿Hasta donde es esto cierto? ¿Me habré equivocado por haber sido yo misma y mi independencia lo espantó? ¿Debí haber actuado (fingiendo incluso) como una indefensa niña para que él no perdiera ese instinto protector? Rebeca, al ser mas tonta, ¿había sido mas lista que yo?... No pude evitar recordar todo este suceso de mi pasado cuando Janet me dijo su historia de los "parece que no me necesitas".

Hay un instinto protector masculino que aún mucha gente defiende su naturaleza, el cual sostiene que los hombres (por naturaleza), buscarán siempre ser el líder de la manada y proteger a sus familias, y si su compañera femenina también quiere ese sitio, entonces ellos se sienten amenazados y finalmente buscarán a alguien a quien proteger... No soy hombre y probablemente no entienda del todo ese sentimiento, pero creo que esas ideas (sostenidas en una naturaleza) suenan a estar fomentadas por el machismo... y si esta naturaleza es ley, entonces resulta lógico que Alan se haya ido con Rebeca por mi falta de dependencia, o que Daniel quisiera dejar a Janet por la misma razón, y todo por culpa nada mas y nada menos de que nosotras mismas por ser autosuficientes, independientes y en algunos casos,... profesionalmente exitosas... ¿suena extremo no? 

El último libro de Carlos Cuahutemoc Sanchez que leí hace un par de semanas menciona este mismo tema de la naturaleza de los hombres por ser los "Presidentes" de la casa y que la mujer debe asumir su papel de "Vicepresidencia" con inteligente estrategia, aparentando (incluso fingiendo) sumisión con tal de prevalecer la paz en el hogar: "No luches por tener más autoridad. Entrarás en una batalla cruenta. Si logras ganarla, sólo conseguirás que él se sienta deprimido, se vuelva hostil y eventualmente busque una amante que sí lo haga sentir -presidente-". Es uno de mis autores favoritos por su estilo digerible de escribir, pero en esta ocasión difiero, ¿Naturaleza protectora o cultura aprendida?... Al hablar de naturaleza decimos que ellos por omisión simplemente nacen así pero yo, a riesgo de ser juzgada, creo fervientemente que es una más de esas conductas aprendidas e impuestas por una sociedad o cultura, ya que eso explica por qué en otros países aun menos desarrollados el machismo impera de una forma que incluso aquí nos ofende. Es cuestión de verlo a nivel macro, en países menos desarrollados, la desigualdad hacia las mujeres es predominante y en los más avanzados, es mucho más equitativo. Así que, si seguimos con la idea de que los hombres tienen que ser los "Presidentes" de la casa, y que simplemente así es su naturaleza, ¿no nos estamos estancando en una cultura cerrada y que no acepta los ya tan necesitados, finales alternativos?

Al hablar, como dice C. C. Sánchez, de un Presidente y un Vicepresidente, me da la impresión de que hay alguien que "triunfa" sobre el otro respecto al poder y que nosotras, para no quedarnos solas, debemos dejarlos ganar... pero, en estos tiempos en los que cada vez más mujeres despiertan ¿poner por encima a cualquiera de los dos miembros sobre el otro no generará una fricción y frustración por esa sensación de sentirse inferior? 

Lejos de defender el feminismo y sobre todo aun mas lejos de promover el machismo, la verdad es que el tema de la equidad es un lujo primermundista, y si seguimos asustándonos por hombres que se quedan en casa y más aún si seguimos criticando a las mujeres que simplemente aman sus profesiones y las tachamos de desobligadas porque "ya no son como las mujeres de antes que sabían hacer tortillas de harina", es porque aún estamos muy lejos de salir de una cultura rezagada y justificada en la naturaleza de los roles.

En este mundo de nuevas ideas donde se están acabando las princesas que quieren ser salvadas y están naciendo valientes guerreras que prefieren un compañero de batalla a un príncipe que las mantenga toda su vida, me atrevo a pensar distinto y decir que, naturaleza o no, en una relación nadie debe siquiera pensar que es superior o inferior que su pareja... y en cuestión de roles, cada pareja podría (y debería) escribir sus propias reglas con el único propósito de trabajar en equipo para llevar EN CONJUNTO una institución tan próspera como lo es el matrimonio (o la simple unión)... ya que en una batalla de poderes, no hay ganadores, al final, ambos pierden.

"No deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre sí mismas" M. Wollstonecraft

Laura Franco

1 comentario:

  1. Por eso es que cada vez hay menos niños en los países más desarrollados, porque ya no tienen tiempo de cuidarlos, hay mayor conciencia de no embarazarse por el hecho de que no podrán atenderlos, y mejor prefieren ya no encargarlos. Creo que lo importante es que exista un equilibrio. Una mujer tiene poder sobre sí misma cuando empieza a cuidarse (física, emocional y espiritualmente), a quererse y a aceptar sus errores y responsabilidades. Si una mujer no puede cuidarse a sí misma, no puede cuidar ni a su esposo ni a sus hijos. Cuál es el resultado de eso? Quién cuidará realmente de las criaturas mientras Janet y Daniel están trabajando? Quién se convirtió en madre de aquellos pequeños? Es justo para ellos? (hablando de ambos, la madre postiza y los pequeños) Habría que revisar bien el caso y escuchar la versión de Daniel, para tener un mejor juicio, tratar de imaginar la versión verdadera (la cual no es ni de Janet ni de Daniel), y así saber en realidad quien ya no necesita a quien.

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