Hace 7 años terminé con el que yo
llamé “el amor de mi vida”, le lloré como una magdalena y mi inocente y
primerizo corazón roto tardó varios meses en sanar,… jamás pensé que llegaría
el día en que seríamos amigos, y no, de hecho nunca llegó, pasó el tiempo y
cada uno hizo su vida, yo me casé y él tuvo un par de novias más. A finales del
año pasado, mientras vivía, sin saberlo, mis últimas vacaciones como señora, mi
ex esposo y yo nos fuimos a lo que era nuestra actividad preferida: compras en
el extranjero. Solíamos separarnos y establecíamos un punto de encuentro luego
de varias horas. Ésa vez en mi camino al tocador, me puse helada al reconocer
frente a mí al “amor de mi vida”. Ahí estaba, tranquilo, vistiendo igual que
siempre su gorra, jeans y playera, jamás me lo topaba en la ciudad y ahora
frente a mí y en otro país. Sabiéndome segura de mí misma (y consciente de que
ése día me había arreglado para salir) caminé hacia él y lo llamé por su
nombre, él iba con su novia y se quedó sorprendido a un grado que ni siquiera
me la presentó, decidí no hacer el momento más incómodo y me di la vuelta y me
fui. Es verdad, ahora podía saludarlo sin dolor ni algún otro tipo de
sentimiento pero, ¿será eso suficiente para que algún día seamos amigos y vayamos
a la boda del otro? ¿Se puede ser amigo de un ex?
En lo personal siempre he
sostenido que no, no se puede, porque para empezar necesitaríamos desmenuzar el
concepto de “amistad”… ¿qué haces con un amigo?... Mi mejor amigo y yo, por
ejemplo, nos juntamos en la hora de la comida y platicamos de nuestras citas
(hacemos eso desde hace muchísimos años),… ¿Te sentarías a hablar con tu ex de
tus nuevas conquistas?
Recuerdo hace algunos años fui a
una fiesta de un conocido, ahí conocí a Sandra, una independiente y atractiva
mujer, proyectaba mucha seguridad. “Juan (el cumpleañero) es mi mejor amigo”
enfatizaba, “fuimos novios hace algunos meses pero no funcionó”. Me sorprendí
pero talvez ella era la excepción, ¡sí podías ser amiga de tu ex!... Pasada la
noche la noté nerviosa e impaciente, le pregunté si algo le preocupaba “es que
Juan no ha abierto mi regalo”, respondí “¡Ah mira! ¡Que buen detalle!, ¿qué le
compraste?”… “Le hice un marco grande con fotos nuestras para su habitación”
(de esos cursidetalles que ya he hablado antes). Refuté mi teoría al observarla
detenidamente: su manera de tratarlo, de intentar llamar se atención, de estar
muchísimo muy al pendiente de él, se esforzaba demasiado y era bastante claro:
ella aún lo quería.
Una cosa es que puedas topártelo
en la zona de comidas del centro comercial y regalarle una sonrisa, que te envíe un
mensaje en tu cumpleaños o que si se topa a tu madre en la calle la salude, y
otra muy distinta es que salgan a cenar solos y te preste dinero para completar
la quincena.
Hace muchos años escuché en un
programa de radio estas tres razones por las que no se puede ser amigo de un ex
y desde entonces las sostengo:
1. Es
muy probable que al menos uno de los dos
aún tenga sentimientos por el otro: Un importante porcentaje de relaciones
termina porque uno de los dos lo decide y el otro acata (o eso intenta), puede
que quien terminó ya no sienta amor y ofrezca su amistad, pero el “cortado” es
comúnmente quien lleva la peor parte al aceptar un trato distinto cuando aún
tiene fuertes sentimientos por el otro, inevitablemente deberá alejarse si
quiere sanar.
2. A
tu actual pareja no le va a gustar que seas amigo de tu ex: “Ahí vengo mi amor,
voy a cenar con Juanita a su casa”… ¡ajá!... a la mayoría de nosotros nos parecería
completamente incómodo y antinatural pasar la noche pensando que nuestra pareja
está departiendo con tragos junto a su ex, por más seguros que seamos.
3. Los
ex’s intimaban y están acostumbrados a ello: En una relación estable (e
inestable) existía intimidad, por más mínima que fuese, ya existe la
familiaridad con esa “zona”, ya hay una línea de confianza en ésa área y lo que
puede empezar como una inocente plática de “te acuerdas aquella vez que tú y
yo…” podría terminar en el acto en sí.
Habrá sus excepciones como todo
en la vida, pero al menos yo no he tenido la suerte de conocer ningún caso.
Amigos son amigos,… los exs
siempre serán (y seremos) exs.
Laura Franco