Hay cosas que no pasan de moda aunque queramos: Andar en bicicleta una tarde de primavera en el parque, los zapatos de tacón muy muy alto, los minishorts en verano… y esperar a que el sujeto del momento nos busque (un mensaje por Whatsapp, Messenger de FB o la famosa llamada telefónica).
Hace algunas publicaciones... mi gran amigo Pablo expuso su punto de vista que en las mujeres ahora era 100% válido que tomaran la iniciativa de dar ése gran paso de llamarles primero, pero ¿qué no es bastante obvio que si un sujeto simplemente se aleja de nosotros es porque no quiere vernos, hablarnos o saber cómo ha ido nuestra vida? o ¿existen esas contadas excepciones en donde ellos en realidad están tremendamente atiborrados de trabajo de oficina y les es prácticamente imposible enviarnos un “hola, cómo has estado”?... o lo que es peor, ¿estarán utilizando alguna estrategia para mantenernos atrapadas? (tomen nota, sí funciona).
Tuve un intenso y fugaz romance con un amable foráneo el cual me mostró su interés sin impedimento alguno durante semanas. Por cosas del destino y un poco de incompatibilidades, la situación se volvió distante y de pronto no avanzó. Pasados los días me di cuenta de que lo extrañaba y en miras a seguir el Paradigma-Pablo, tomé la iniciativa de enviarle un mensaje para decirle “te extraño” (junto a otras 48 palabras que expresaban básicamente lo mismo)… solo para que me aplicara el temido: “leído”.
Por días estuve aguantando las ganas de llamarle y preguntarle qué había sucedido. Abría la conversación, releía una y otra vez mi mensaje de 50 caracteres sin respuesta, y me quedaba a un dedo de seguir escribiéndole… No lo hice, porque de pronto recordé la terrible pero famosamente conocida frase de: “A él no le gustas tanto”… y de paso, una frase que leí en el muro de Facebook de Lizz Fdz “Alguien le gustó más que tú”.
Es cierto que no está mal que nosotras hagamos algo del trabajo “sucio” al ser las que llamamos o enviamos alguna señal de humo que diga que estamos aquí, pero “el interés tiene pies” no pasa de moda para ninguno de los dos bandos, además, ¿no queremos parecer desesperadas o sí?... aunque lo estuviéramos un poco.
Creo que es válido que de cuando en cuando seamos nosotras las que hagamos ése movimiento de buscarlos primero, al menos para no quedarnos con la espinita del “y si…”. Pero nunca más de eso y nunca más allá… ¡DIGNIDAD, no orgullo!
Hace algunas publicaciones... mi gran amigo Pablo expuso su punto de vista que en las mujeres ahora era 100% válido que tomaran la iniciativa de dar ése gran paso de llamarles primero, pero ¿qué no es bastante obvio que si un sujeto simplemente se aleja de nosotros es porque no quiere vernos, hablarnos o saber cómo ha ido nuestra vida? o ¿existen esas contadas excepciones en donde ellos en realidad están tremendamente atiborrados de trabajo de oficina y les es prácticamente imposible enviarnos un “hola, cómo has estado”?... o lo que es peor, ¿estarán utilizando alguna estrategia para mantenernos atrapadas? (tomen nota, sí funciona).
Tuve un intenso y fugaz romance con un amable foráneo el cual me mostró su interés sin impedimento alguno durante semanas. Por cosas del destino y un poco de incompatibilidades, la situación se volvió distante y de pronto no avanzó. Pasados los días me di cuenta de que lo extrañaba y en miras a seguir el Paradigma-Pablo, tomé la iniciativa de enviarle un mensaje para decirle “te extraño” (junto a otras 48 palabras que expresaban básicamente lo mismo)… solo para que me aplicara el temido: “leído”.
Por días estuve aguantando las ganas de llamarle y preguntarle qué había sucedido. Abría la conversación, releía una y otra vez mi mensaje de 50 caracteres sin respuesta, y me quedaba a un dedo de seguir escribiéndole… No lo hice, porque de pronto recordé la terrible pero famosamente conocida frase de: “A él no le gustas tanto”… y de paso, una frase que leí en el muro de Facebook de Lizz Fdz “Alguien le gustó más que tú”.
Es cierto que no está mal que nosotras hagamos algo del trabajo “sucio” al ser las que llamamos o enviamos alguna señal de humo que diga que estamos aquí, pero “el interés tiene pies” no pasa de moda para ninguno de los dos bandos, además, ¿no queremos parecer desesperadas o sí?... aunque lo estuviéramos un poco.
Creo que es válido que de cuando en cuando seamos nosotras las que hagamos ése movimiento de buscarlos primero, al menos para no quedarnos con la espinita del “y si…”. Pero nunca más de eso y nunca más allá… ¡DIGNIDAD, no orgullo!
Laura Franco
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