domingo, 31 de agosto de 2014

La Temida y Popular "FRIENDZONE”: ¿Nos mandan ahí o solos caemos?

Quien no recuerda durante los años de estudiante haberse “enamorado” de un amigo(a), ése que soñabas que un día se confesarían mutuamente su amor y mágicamente serían la pareja perfecta. Te veías a ti misma en un vestido blanco y diciendo en el brindis “y pensar que éramos los mejores amigos en la secundaria”.
 
De vuelta a la realidad, a tu amigo no le gustas tú, le gusta otra persona, y qué haces tú… ¡Claro! ¡Muestras desesperadas de amor!... ¿Será que somos nosotros mismos los que por nuestras patéticas actitudes permanecemos en la temida “firendzone”? ¿No sería mejor mostrar un poco de estratégico desinterés y ver qué sucede? Claro, no hablo de ignorar a la o el susodicho, sino quizás ser un poquito más relajados y conocer nuestro valor como sujetos aptos para amar y ser amados, y si ésta maravillosa persona no desea voltear a vernos, ¿por qué esforzarse tanto en que lo hagan? seguramente hay alguien más que no requiere de las maromas que hacemos para llamar la atención de nuestro(a) “amigo especial”.
Hace ya varios años me encontré entre la más patética de las situaciones friendzoneras al estar en mi casa una solitaria tarde y buscando una brillante excusa para ver al amigo del cual estaba “enamorada”, lo llamé diciéndole que estaba en el drive-thru del Starbucks a punto de pedir y solo así, se me ocurrió preguntarle si querría uno. La verdad era que estaba en la sala de mi casa, acostada y con las llaves de mi carro en la mano por si me decía que sí, correr a donde se suponía que estaba. Cada cosa que hacía durante ésa época parecía gritar lo desesperada que estaba porque me volteara a ver, y siendo honestos y hablo por mi propia experiencia cuando digo que nunca me ha llamado la atención un sujeto que esté DEMASIADO desesperado por mí, me hace pensar: ¿qué no tiene un valor de sí mismo?... Claro, lo he dicho antes, “el interés tiene pies”,  pero un interés desmedido es raro y da algo de miedo. Quizás yo estaba haciendo eso mismo entonces y por eso no fui nunca del total agrado de mi amigo especial.
 Es cierto, es probable que sea simplemente incompatibilidad y volvemos al “no le gustas tanto”, pero considero que si tienes que hacer tantas y tantas cosas para que tu agradable amigo(a) te vea de otra forma y es más que evidente que no estás teniendo éxito, tal vez sea momento de darse un poquito de valor como persona y saberse totalmente capaz de ser amado y valorado por alguien más. "Si tengo que esforzarme tanto en demostrarte lo maravillosa mujer que soy, entonces no vale la pena, habiendo quien hasta con verme en mis peores momentos ¡me adoraría!"
Puede que tú no eliges caer en la “friendzone”,… pero evalúa si tus actitudes no te están haciendo quedarte patéticamente ahí.
 Laura Franco

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